CGT endurece su postura y anuncia nuevas protestas contra el Gobierno tras un paro «exitoso»

La central obrera, envalentonada por el alto acatamiento a la huelga general, planea una gran movilización para el Día del Trabajador y no descarta más medidas de fuerza para presionar al Ejecutivo.

La Confederación General del Trabajo (CGT) no da tregua al Gobierno de Javier Milei. Tras calificar como un «éxito rotundo» el reciente paro general, la cúpula de la central obrera se reunió para definir los próximos pasos de su plan de lucha, marcando un endurecimiento de su postura frente a las políticas económicas y sociales del oficialismo. La consigna que resonó con fuerza en el encuentro fue clara: «A este Gobierno no hay que darle respiro».

En la reunión realizada en la sede de Azopardo, los principales referentes de la CGT coincidieron en la necesidad de profundizar las acciones gremiales. Juan Carlos Schmid, líder de la CATT, fue quien propuso intensificar la ofensiva sindical una vez pasada la conmemoración del Día del Trabajador, el próximo 1° de mayo, con una gran marcha como primer gran evento en el horizonte. La iniciativa encontró un amplio respaldo interno, lo que anticipa un escenario de conflictividad creciente entre el movimiento obrero y el Gobierno.

El tono de los dirigentes fue marcadamente combativo. Héctor Daer, otro de los referentes de la central, advirtió sobre los riesgos del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), señalando que un eventual cambio en el esquema cambiario podría agravar la situación de pobreza en el país. La CGT se muestra convencida de que el paro general del jueves pasado marcó un punto de inflexión y una demostración de la fortaleza y unidad del movimiento obrero.

Según trascendió de la reunión, diversos gremios destacaron el alto nivel de adhesión a la huelga, incluso en sectores donde se esperaba una menor participación. Rodolfo Daer señaló que, a pesar de los esfuerzos de algunas empresas por garantizar la asistencia de sus trabajadores a través de micros, muchos de estos vehículos circulaban vacíos. Esta situación se habría replicado en el ámbito educativo y en ramas del transporte como los aeronavegantes, donde el acatamiento fue contundente.

Este escenario de firmeza sindical ha provocado un reacomodamiento interno en la CGT. El ala más dialoguista, representada por dirigentes como Gerardo Martínez (UOCRA), Sergio Sasia (Unión Ferroviaria) y Armando Cavalieri (Comercio), ha quedado relativamente aislada dentro del Consejo Directivo. Si bien se espera su participación en la próxima reunión del martes, su margen para frenar la estrategia de confrontación parece reducido ante la creciente presión de los sectores más combativos.

La CGT también manifestó su preocupación por posibles represalias por parte del Gobierno. Los dirigentes temen que se impulsen proyectos de ley para limitar la autonomía sindical y que se intensifiquen las intervenciones en las obras sociales, percibidas como una herramienta de presión política.

Frente a este panorama, la central obrera ha redefinido su eje de lucha. Ya no se trata solo de defender los derechos laborales, sino también de visibilizar el impacto social del ajuste implementado por el Gobierno y las consecuencias que podría traer el acuerdo con el FMI en términos de poder adquisitivo y empleo.

En este contexto de tensión, emerge la figura de Jorge Sola, del Sindicato del Seguro, como un posible integrante del triunvirato de conducción en la renovación de autoridades prevista para noviembre. Su perfil moderado y negociador podría representar un intento de equilibrar la firmeza en la defensa de los trabajadores con la apertura al diálogo institucional en el futuro de la CGT.

Por el momento, la estrategia de la CGT es clara: movilización en las calles, unidad gremial y un plan de lucha en ascenso. La central obrera ha tomado una postura de resistencia activa frente a un modelo económico que considera perjudicial para los derechos de los trabajadores y el bienestar general de la población.