El dólar blue rompe la barrera de los $1.300: el mercado desconfía del plan oficial
La escalada del dólar paralelo expone la fragilidad del esquema cambiario del Gobierno y genera incertidumbre entre los inversores. La falta de definiciones sobre el acuerdo con el FMI y la sangría de reservas ponen en jaque la estrategia de Caputo.

El dólar blue no encuentra techo. En un mercado cada vez más nervioso, la cotización del paralelo superó los $1.300, marcando su nivel más alto desde septiembre de 2024. La tendencia alcista, que se viene profundizando desde inicios de marzo, responde a un cóctel explosivo: incertidumbre sobre el acuerdo con el FMI, la constante venta de reservas del Banco Central y la desconfianza de los grandes jugadores ante un esquema cambiario que se tambalea.
El «plan Caputo» que mantuvo al dólar planchado durante el año pasado empieza a mostrar grietas. La estrategia de altas tasas de interés para sostener el carry trade y anclar expectativas se agota, y los inversores ya anticipan movimientos bruscos en el mercado. Mientras el ministro de Economía evita definiciones sobre el futuro del tipo de cambio, la brecha cambiaria se amplía y la demanda de cobertura se dispara.
Un mercado en alerta y un Banco Central sin margen de maniobra
Desde el 10 de marzo, el escenario cambiário dio un giro. Hasta febrero, las empresas liquidaban dólares convencidas de la estabilidad del tipo de cambio oficial. Pero la tendencia se revirtió: ahora, en lugar de vender, comenzaron a comprar. La desconfianza en la sostenibilidad del modelo obligó al Banco Central a intervenir de manera sostenida, con una sangría de reservas que ya supera los u$s1.361 millones en ocho jornadas consecutivas.
El profesor de Política Económica Horacio Rovelli advirtió que el país está entrando en «un proceso de corrida cambiaria» y que «el nivel de endeudamiento hace que todo ingreso de dólares se evapore». Según su diagnóstico, la estrategia del Gobierno de mantener un tipo de cambio artificialmente bajo se vuelve insostenible en un contexto donde los agentes del mercado buscan cobertura frente a un futuro incierto.
La incertidumbre sobre el FMI y el efecto Caputo
La falta de definiciones sobre un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional es otro factor que alimenta la incertidumbre. Sin precisiones sobre los desembolsos, las condicionalidades y un posible pedido de devaluación por parte del organismo, las especulaciones están a la orden del día. En una reciente entrevista, Caputo evitó responder si la Argentina avanzará hacia un esquema de libre flotación o si continuará con el crawling peg. «Es parte del acuerdo y no lo puedo decir», sostuvo. La respuesta no hizo más que echar leña al fuego y acelerar la demanda de cobertura en el mercado de futuros.
El desarme del carry trade y el giro del mercado
Uno de los pilares del plan económico libertario fue el anclaje del dólar para incentivar el carry trade: tasas de interés elevadas y un tipo de cambio controlado que permitía a los grandes fondos ganar en pesos sin riesgo de devaluación. Pero la jugada parece haber llegado a su límite. En los últimos días, la tasa en pesos subió de manera abrupta por la caída en los precios de las letras, se aceleró la salida de inversores y aumentó la presión sobre el dólar.
«Los que ahorraron dólares en gobiernos anteriores, hasta ahora los vendían para cubrir gastos. Ahora, en cambio, están comprando para protegerse de lo que viene», explicó Rovelli. El «chiquitaje» también entró en la ecuación: la compra minorista se reactivó ante la falta de confianza en el peso y el aumento de la incertidumbre política y económica.
El Gobierno, ante una decisión clave
Con una brecha cambiaria en alza, reservas en caída libre y expectativas desancladas, el Gobierno enfrenta una encrucijada. Seguir interviniendo en el mercado con ventas de dólares implica acelerar el vaciamiento del Banco Central, pero liberar el tipo de cambio podría disparar una espiral inflacionaria.
La estrategia de patear definiciones hacia adelante empieza a mostrar sus límites. El mercado exige respuestas y la paciencia se agota. Mientras tanto, el dólar blue sigue subiendo, en una escalada que parece no tener fin.