Invasión de heladeras chinas: la industria local, en peligro
La apertura comercial del gobierno de Javier Milei está dejando huellas profundas en la industria local. En febrero, ingresaron al país más heladeras importadas de las que se fabricaron en Argentina, lo que reaviva el debate sobre el impacto de la desregulación y la competitividad del sector manufacturero.

La invasión importada
Según un relevamiento interno del sector, durante febrero se produjeron en el país 57.263 heladeras, mientras que las importaciones alcanzaron las 68.016 unidades, es decir, casi un 20% más que la producción local. La mayoría de estos productos provienen de China, que abasteció el 68,5% del total importado, seguido por Brasil y México.
Este fenómeno marca un cambio drástico respecto de un año atrás, cuando las restricciones a las importaciones limitaban el ingreso de productos extranjeros. En aquel entonces, solo se importaron 1.362 unidades, lo que representaba apenas el 3,29% del mercado. Ahora, la eliminación del Impuesto PAIS y la flexibilización del comercio exterior impulsaron una ola de importaciones que pone en jaque a la industria nacional.
El efecto Milei en la industria
La producción local no solo enfrenta una competencia feroz con productos extranjeros más baratos, sino que además lidia con costos internos que no se reducen al mismo ritmo que la apertura comercial. En septiembre del año pasado, las importaciones ya mostraban signos de crecimiento, con más de 17.800 heladeras provenientes de China y 13.700 de Brasil. Sin embargo, la producción nacional todavía se mantenía por encima de las 65.000 unidades. Hoy, la tendencia se ha revertido y los industriales advierten que el problema seguirá agravándose.
La eliminación de barreras comerciales beneficia a los consumidores con precios más bajos en el corto plazo, pero pone en jaque la sostenibilidad de la producción nacional y el empleo en el sector. Desde la industria, advierten que sin algún tipo de apoyo estatal, muchas empresas no podrán competir y terminarán desapareciendo.
Competir sin herramientas
El sector manufacturero argentino no solo enfrenta la invasión de productos importados, sino también la falta de políticas de incentivo para la producción local. Mientras en otros países se aplican estrategias para proteger a sus industrias estratégicas, en Argentina el Estado ha decidido no intervenir. «El que pueda reconvertirse, lo hará; el que no, desaparecerá», alertan los representantes del sector.
A esto se suma el impacto en la cadena de valor. Desde la industria del acero advierten que, si la producción de electrodomésticos sigue cayendo, se reducirá también la demanda de insumos nacionales. Esto genera un efecto dominó que afecta a proveedores, pymes y trabajadores.
¿Libre mercado o desindustrialización?
La política de apertura total está configurando un nuevo escenario para la industria argentina. Los empresarios del sector reclaman condiciones más equitativas para poder competir, pero la falta de respuestas desde el Gobierno refuerza la sensación de que la industria nacional está librada a su suerte.