El caso Pablo Grillo: impunidad, represión y una justicia que juega al ping-pong
La familia del fotorreportero herido exige justicia mientras la causa se diluye en tribunales. La CGT respaldó el reclamo y denunció la violencia estatal.

A nueve días del disparo de Gendarmería que dejó gravemente herido al fotorreportero Pablo Grillo, la causa judicial sigue a la deriva. Mientras su familia se presentó como querellante con el respaldo del CELS y la Liga Argentina por los Derechos Humanos, el expediente viaja de un despacho a otro como una pelota de ping-pong, sin que nadie quiera hacerse cargo.
El reclamo es claro: determinar responsabilidades penales y reconstruir el operativo represivo que terminó con un periodista en terapia intensiva. «Estamos pidiendo pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo, de modo tal que se pueda determinar la responsabilidad de quienes dispararon y de toda la cadena jerárquica», advirtió Paula Litvachky, directora del CELS.
Pero la Justicia parece tener otras prioridades. El juez Ariel Lijo devolvió la causa a la jueza María Servini de Cubría, quien la rechazó y ahora se sorteará un nuevo juzgado. En medio de este laberinto burocrático, el riesgo es que la investigación quede empantanada y la impunidad gane otra vez la partida.
El respaldo de la CGT y el repudio a la represión
En paralelo a la batalla judicial, la Confederación General del Trabajo (CGT) se sumó al reclamo de justicia. Fabián Grillo, padre de Pablo y militante sindical, fue recibido en la sede de la central obrera por dirigentes como el cosecretario general Héctor Daer y el bancario Sergio Palazzo. «Repudiamos la violencia y la represión del Gobierno Nacional y abrazamos a la familia de Pablo Grillo», sostuvo Agustín Lecchi, secretario general del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), quien también participó del encuentro.
El respaldo de la CGT no es menor. La central obrera viene endureciendo su posición frente a la política de ajuste y represión del gobierno. La agresión a Grillo, en ese contexto, se inscribe en una escalada de violencia institucional que preocupa a los gremios y a las organizaciones de derechos humanos.
El Gobierno y un relato que hace agua
Mientras la familia de Grillo pide justicia, el Gobierno intenta acomodar su versión de los hechos. El vocero presidencial, Manuel Adorni, aseguró que el Ejecutivo mantenía diálogo con la familia del fotorreportero, pero Fabián Grillo lo desmintió sin rodeos. «No cortamos ningún diálogo porque no existió. Es una declaración mentirosa y me da vergüenza la forma en la que va acomodando la mentira. Es absurdo, burdo, grotesco», disparó el padre de Pablo.
Las palabras de Fabián resumen la indignación de una familia que, además de lidiar con la angustia de tener a un hijo en estado delicado, debe enfrentarse a un aparato estatal que busca minimizar el hecho.
A pesar de todo, hay una luz de esperanza: Pablo se encuentra estable y evoluciona. «Es asombroso. Muy rápida su recuperación. Estamos cansados, pero nos sostiene Pablito», confesó Fabián. Y hasta se permitió una sonrisa: «Tengo un audio de Ricardo Bochini. Si lo escucha, habla seguro».
Mientras tanto, la pelota sigue en el aire. La pregunta es si la Justicia la dejará caer o finalmente se hará cargo del partido.