Semana de furia: jubilados, hinchadas, docentes y estatales copan la calle mientras el Gobierno afila la represión
Un estallido social en cuotas: protestas sectorizadas pero con un mismo blanco, las políticas de ajuste de Javier Milei.

El Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich está en vilo. No solo por la movilización de los jubilados y sus inesperados aliados de las hinchadas de fútbol, sino porque la semana traerá consigo una ola de protestas de estatales, docentes y universitarios. La calle será un hervidero y la Casa Rosada lo sabe: la pregunta no es si habrá represión, sino cuánta y cómo.
Jubilados y barra bravas: una alianza impensada
El miércoles promete ser el día más caliente. Desde hace semanas, los jubilados se movilizan al Congreso para exigir una jubilación digna, pero esta vez tendrán refuerzos inesperados. Las hinchadas de distintos clubes de fútbol anunciaron que marcharán junto a ellos, sumándose a un reclamo que trasciende camisetas y colores.
El Ministerio de Seguridad aún debate qué hacer. Patricia Bullrich, acostumbrada a la receta de palo y gases, ahora enfrenta un dilema: si reprime, se expone a una imagen brutal de ancianos y simpatizantes de clubes siendo desalojados a la fuerza. Si no lo hace, deja un precedente de protesta incontrolable. Mientras tanto, otros sectores también calientan motores.
ATE rompe el hielo y da el primer paso
Antes de los jubilados, los estatales marcarán el camino. ATE Capital, con Daniel Catalano a la cabeza, marchará el lunes hacia la Secretaría de Hábitat, que depende del Ministerio de Economía. Los despidos en el sector fueron masivos y el sindicato exige reincorporaciones. «El desmantelamiento del Estado nos empuja al colapso», denuncian.
El ajuste libertario no distingue rubros. La UOM aceptó suspensiones, pero Techint ya empezó con despidos. En el Procrear, cientos de beneficiarios que recibieron anticipos en 2023 quedaron atrapados en deudas, sin acceso a los fondos prometidos.
Docentes y universitarios, en pie de guerra
El jueves será el turno de los docentes. CTERA convocó a un paro nacional para el 13 de marzo, reclamando la restitución del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) y una paritaria real. El Gobierno, en su habitual estrategia de «diálogo cero», impuso por decreto un salario mínimo de 500 mil pesos, cifra que no alcanza para cubrir la canasta básica.
Las universidades también tienen lo suyo: el lunes 17, docentes y no docentes marcharán exigiendo recuperación salarial. Pese a las promesas oficiales, el recorte se mantiene y la pérdida salarial supera el 50%. Un cuatrimestre de conflicto se asoma en el horizonte.
Conclusión: semana de ajuste y resistencia
El Gobierno de Milei enfrenta una prueba de fuego. Con la conflictividad social en aumento, la respuesta oficial parece resumirse en ajuste y represión. Mientras la economía se desmorona y el Estado se achica a paso firme, la calle responde con un mensaje claro: el pueblo no se resigna. La gran pregunta es cuánta presión más podrá soportar el modelo libertario antes de que la olla termine de explotar.