Escándalo en Gendarmería: red de narcotráfico y el impacto en la gestión de Seguridad

Una organización dedicada al narcotráfico, integrada por efectivos y exmiembros de Gendarmería Nacional, ha sido desarticulada, desatando una ola de críticas sobre la gestión de Patricia Bullrich al frente del Ministerio de Seguridad. La red se encontraba implicada en el traslado de más de 334 kilos de cocaína.

La investigación llevada a cabo por la Unidad Fiscal de Salta reveló una compleja estructura criminal que operaba dentro de Gendarmería Nacional. Integrada por miembros en actividad, exgendarmes y aspirantes, la organización se dedicaba al transporte de cocaína desde el norte del país hasta Buenos Aires. Tras una serie de operativos, las autoridades lograron desarticular la red y detener a varios de sus integrantes.

Los arrestos clave incluyen a Diego Hernán Delgado y Federico Rubén Batista, ambos gendarmes en actividad; Gabriel Osvaldo Ruiz Apaza, vinculado directamente con el transporte de estupefacientes; Francisco Agustín Flores, aspirante a la fuerza; y Adrián Emilio Escarlata, un exgendarme. La detención de Delgado en mayo de 2024, cuando trasladaba 303 kilos de cocaína en una camioneta, fue clave para desmantelar la operación. Las pesquisas posteriores revelaron la existencia de un grupo de WhatsApp denominado «Los Peluches», donde los implicados compartían información sobre estrategias para ocultar droga en vehículos y evadir controles de seguridad.

Las escuchas telefónicas fueron determinantes para exponer la operativa interna de la red. En ellas, se evidenció cómo los gendarmes no solo compartían datos sobre los operativos de control, sino que también alertaban a los transportistas y brindaban instrucciones precisas para evitar ser detectados. Este nivel de complicidad dentro de la fuerza de seguridad generó una profunda preocupación sobre la efectividad de los mecanismos de control internos y la transparencia en la institución.

El impacto político del escándalo ha sido inmediato. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, enfrenta fuertes cuestionamientos, ya que su gestión ha enfatizado la lucha contra el narcotráfico como una de sus prioridades. Sin embargo, la infiltración de elementos corruptos dentro de las fuerzas federales pone en duda la efectividad de las políticas implementadas y la capacidad del ministerio para garantizar un control efectivo sobre sus efectivos. Además, la filtración de protocolos internos y la ausencia de medidas contundentes para prevenir estas situaciones han intensificado las críticas.

El caso de los narcogendarmes expone un problema estructural dentro de las fuerzas de seguridad y reaviva el debate sobre la necesidad de reformas profundas en los mecanismos de control y depuración del personal. Mientras la investigación avanza, la opinión pública sigue atenta al desarrollo de los acontecimientos y a las posibles repercusiones políticas que pueda tener este escándalo.