Brecha de género en el liderazgo: un desafío pendiente en el mundo laboral

A pesar del avance de las políticas de equidad de género en las empresas, los puestos de liderazgo siguen estando dominados por hombres. Un estudio reciente revela que solo el 35% de los trabajadores argentinos tiene una jefa mujer.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, la consultora Randstad presentó los resultados de una encuesta realizada a 3.504 personas, la cual expone las desigualdades de género en el mercado laboral argentino. Aunque el 55% de los encuestados sostiene que su empleador cuenta con políticas de equidad de género, la realidad muestra que el 65% de los trabajadores sigue teniendo un jefe hombre. Además, solo el 57% considera que su empleador cuenta con igual cantidad de mujeres y hombres en puestos de decisión, y apenas el 35% de los cargos de CEO o Gerente General son ocupados por mujeres.

La comparación de estos datos con relevamientos previos evidencia un estancamiento en la reducción de la brecha de género. Si bien ha aumentado en siete puntos porcentuales la cantidad de empresas que adoptan políticas de equidad desde 2023, el porcentaje de trabajadores con un jefe varón solo disminuyó dos puntos en dos años, lo que indica la persistencia de barreras estructurales.

Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina, Chile y Uruguay, explicó: «Si bien cada vez más organizaciones avanzan en la implementación de políticas de equidad de género, los datos muestran que aún existen obstáculos para que las mujeres accedan a posiciones de liderazgo». Además, resaltó que la equidad no se trata solo de normativas o intenciones, sino de generar cambios culturales profundos para transformar el mundo laboral.

El informe también indagó en la percepción de los trabajadores sobre la diversidad. El 94% de los encuestados prefiere trabajar en equipos con diversidad de género, y el 85% considera que estos equipos logran mejores resultados. Sin embargo, persisten desigualdades: solo el 65% cree que su empleador paga salarios equitativos entre hombres y mujeres con igual posición, y apenas el 61% considera que ambos géneros tienen las mismas oportunidades de acceder a cargos gerenciales.

Llamativamente, el 89% de los encuestados afirmó que le resulta indistinto tener un jefe hombre o mujer, mientras que solo un 6% prefiere un jefe hombre y un 5% optaría por una jefa mujer. No obstante, la realidad del mercado laboral contradice estas preferencias, ya que la gran mayoría de los trabajadores sigue reportando a superiores varones.

Los factores culturales también juegan un papel clave en esta inequidad. Mandatos sociales que asignan a las mujeres mayores responsabilidades en el cuidado del hogar, junto con la falta de indicadores de equidad en muchas empresas, contribuyen a perpetuar la desigualdad. La falta de conciencia sobre la magnitud del problema también es un obstáculo, ya que muchas compañías creen que son equitativas cuando en realidad están lejos de cumplir con parámetros aceptables.

Ávila enfatizó la importancia de medir y analizar estos indicadores para cerrar la brecha de género: «Desde Randstad seguimos recopilando datos sobre diversidad, equidad e inclusión para que las empresas puedan mejorar sus políticas y construir un mundo laboral más justo». La equidad de género en el trabajo sigue siendo una deuda pendiente, y su concreción no solo implica justicia social, sino también mejores resultados organizacionales.