La pobreza en cifras: el relato oficial versus la cruda realidad

El presidente Javier Milei aseguró que la pobreza cayó al 33% durante su gestión, pero los datos oficiales lo desmienten. El INDEC y estudios privados revelan cifras alarmantes que el gobierno intenta ocultar.

En su presentación ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Estados Unidos, el presidente Javier Milei afirmó con firmeza que la pobreza en Argentina bajó del 57% al 33% en poco más de un año de gobierno. Sin embargo, las cifras oficiales y los informes de instituciones privadas lo contradicen de forma contundente. Lejos de reflejar una mejora sustancial, los datos muestran que la situación social sigue siendo crítica, evidenciando un relato gubernamental que distorsiona la realidad.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que la pobreza se ubicó en el 40,1% en el tercer trimestre de 2024, mientras que la indigencia llegó al 9,7%. Estos números oficiales desmienten directamente el relato presidencial. Además, el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) estimó que la pobreza rondaba el 38,3% en ese mismo período, aún lejos del 33% que Milei presentó como un logro de su política económica.

La manipulación de los datos no se limita a la pobreza. Milei sostuvo que «el desempleo no aumentó» y que su gobierno «crea empleo», pero la realidad muestra otra cara: la UCA reportó la pérdida de 185.000 puestos de trabajo durante 2024. La caída del empleo formal y el avance de la precarización laboral desmienten cualquier narrativa de éxito.

En materia de ingresos, el presidente destacó que «los salarios formales en dólares se triplicaron», pero esta afirmación también es engañosa. Aunque algunos sectores vinculados al comercio exterior pudieron ver mejoras, la mayoría de los trabajadores experimenta una fuerte pérdida de poder adquisitivo en pesos frente a una inflación que erosiona día a día los salarios reales.

El discurso optimista de Milei se derrumba frente a los datos oficiales y privados que exponen una realidad social compleja y crítica. La insistencia del gobierno en mostrar resultados inexistentes refleja una estrategia comunicacional que prioriza el relato por sobre los hechos. Mientras el presidente celebra supuestos logros, millones de argentinos siguen hundidos en la pobreza y enfrentan un mercado laboral debilitado. La distancia entre el discurso oficial y la realidad cotidiana no solo mina la confianza pública, sino que también posterga las soluciones urgentes que el país necesita.