Industria siderúrgica en crisis: Acerbrag paraliza su producción y peligra el empleo de 500 trabajadores

El sector metalúrgico enfrenta un escenario crítico ante la caída de la demanda y la competencia con importaciones. La situación de Acerbrag se suma a la de Acindar, con suspensiones y despidos en la industria del acero.

La industria siderúrgica argentina atraviesa uno de sus momentos más críticos en décadas. A la grave situación que enfrenta Acindar, que ya aplicó suspensiones masivas, se suma ahora el caso de Acerbrag, la siderúrgica con sede en Bragado, provincia de Buenos Aires. La empresa ha decidido frenar su producción hasta el 10 de marzo y analiza la posibilidad de despedir a 500 trabajadores, en medio de una caída histórica de la demanda y las dificultades para competir con el acero importado.

Desde Acerbrag apuntan a dos factores clave para explicar la crisis: la apertura irrestricta de importaciones y la reciente decisión del gobierno de Estados Unidos de imponer un arancel del 25% a las importaciones de acero y aluminio. Esta medida, impulsada por la administración de Donald Trump, impacta directamente en las exportaciones argentinas, generando un escenario aún más complejo para la industria nacional. A pesar de los pedidos del sector, el presidente Javier Milei ha evitado interceder ante su par estadounidense, lo que genera mayor incertidumbre en las empresas afectadas.

Una industria golpeada

Acerbrag es la tercera productora de aceros largos y la segunda en hierro redondo del país, con más de seis décadas de trayectoria. Sus productos abastecen a los sectores de la construcción, el agro y la industria, todos ellos fuertemente golpeados por la recesión económica. La parálisis de la obra pública nacional y la caída de la actividad privada han reducido drásticamente la demanda de acero, dejando a las siderúrgicas en una situación crítica.

En agosto de 2023, Acerbrag ya había atravesado una crisis similar, con despidos y suspensiones. Ahora, la situación se ha agravado y la incertidumbre crece entre los trabajadores. «Es una alerta importante para la comunidad que una empresa de esta magnitud esté envuelta en una crisis que tiene que ver con el modelo económico», advirtió el intendente de Bragado, Sergio Barenghi. Según el jefe comunal, la apertura de importaciones sin regulación ha generado una competencia desigual, dejando a la industria nacional en desventaja.

Preocupación sindical

La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) ha expresado su preocupación por la situación del sector. Tras las suspensiones en Acindar y la paralización de Acerbrag, el gremio advirtió sobre la posibilidad de una ola de despidos en la industria del acero. «La política de importaciones sin control está destruyendo la producción nacional. Sin medidas urgentes, miles de puestos de trabajo están en riesgo», señalaron desde la organización sindical.

Desde la UOM también señalaron que el sector está sufriendo la competencia de productos importados desde Brasil y China, que llegan al país con costos más bajos y desplazan a la industria local. Según datos del sector, la demanda de acero en Argentina se encuentra en uno de los niveles más bajos de los últimos 20 años, lo que agrava aún más la crisis.

Impacto en la economía regional

La situación de Acerbrag no solo afecta a sus empleados directos, sino también a toda la economía de Bragado y la región. La siderúrgica es una de las principales fuentes de empleo en la ciudad, y su paralización impacta en los comercios y proveedores locales. La incertidumbre sobre el futuro de la planta genera preocupación entre los trabajadores y sus familias, que temen por la continuidad laboral en un contexto de ajuste económico.

Mientras el sector siderúrgico enfrenta una de sus crisis más profundas, el gobierno de Javier Milei mantiene su postura de no intervenir en la situación. La falta de políticas de protección para la industria nacional y la apertura comercial sin restricciones siguen generando incertidumbre, con un impacto directo en el empleo y la producción.

La situación de Acerbrag es una muestra más del complejo panorama que atraviesa la industria del acero en Argentina. Con un mercado interno debilitado, competencia externa creciente y sin señales de medidas de apoyo por parte del gobierno, el futuro del sector sigue siendo incierto. Mientras tanto, los trabajadores esperan definiciones que les permitan vislumbrar una salida a esta crisis que ya amenaza con extenderse a otras empresas del rubro.