Transferencia de recursos: el alto costo para trabajadores y jubilados tras un año de Milei
El ajuste económico y la pérdida salarial golpean a asalariados y jubilados, marcando un retroceso histórico en el poder adquisitivo.
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El primer año de gestión del presidente Javier Milei deja un saldo negativo para trabajadores y jubilados. Pese a la narrativa oficial sobre una mejora salarial en dólares, los datos reflejan un derrumbe del poder adquisitivo frente a la inflación. El informe del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE) revela cómo la política económica impactó de lleno en los ingresos de la mayoría de la población.
En el sector estatal, la pérdida del poder adquisitivo alcanzó el 22%, la mayor caída registrada, con una merma promedio de $3.657.423 por trabajador. El sector privado no escapó a la crisis: sus empleados vieron reducidos sus ingresos en un 7%, lo que equivale a $1.086.304 en promedio. Por su parte, los jubilados sufrieron un recorte del 18% en su poder de compra, perdiendo alrededor de $2.031.242.
Esta transferencia de recursos desde el bolsillo de los trabajadores al capital privado se tradujo en una cifra impactante: $29,9 billones. De ese total, $20,8 billones provinieron de salarios, mientras que el Estado dejó de percibir $6,8 billones por menores aportes, afectando también a obras sociales y sindicatos.
El informe también señala el deterioro de la jubilación mínima, que retrocedió a niveles de 19 años atrás tras una caída del 18%. Este ajuste representó un ahorro fiscal de más de $10 billones para el Estado, pero a costa del bienestar de los jubilados.
Las paritarias, clave para la recomposición salarial, también fueron objeto de presiones. Según Luis Campos, de la CTA-A, el gobierno impulsa una pauta salarial «no escrita» de entre 1,7% y 2% mensual, dificultando que los acuerdos superen la inflación. Ejemplo de ello fue la revisión del acuerdo de gastronómicos, que debió ajustarse a la pauta oficial tras la intervención de la Secretaría de Trabajo.
En el plano cambiario, el gobierno apostó por contener la inflación con un dólar subvaluado, lo que generó pérdidas para el sector exportador. A pesar de un superávit comercial y el blanqueo de capitales, las reservas del Banco Central no crecieron respecto a 2023.
En síntesis, el ajuste fiscal y salarial impuesto por la gestión de Milei se tradujo en una transferencia masiva de recursos desde los sectores populares hacia el capital, sin garantizar una recuperación económica sostenible. El costo social del modelo económico actual se siente en cada hogar, marcando un 2024 de retrocesos y desigualdad.