Los salarios formales no logran vencer a la inflación

La suba salarial en diciembre no alcanzó a compensar el avance de los precios, profundizando la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores formales.

El último informe del índice RIPTE (Remuneración Imponible de Trabajadores Estables) reveló que los salarios formales aumentaron un 2% en diciembre de 2024, una cifra insuficiente frente a la inflación del 2,7% registrada en el mismo mes. Este desajuste refuerza la tendencia de deterioro en los ingresos laborales, evidenciando el impacto acumulado de años de depreciación salarial.

En términos interanuales, desde noviembre de 2023, los salarios medidos por el RIPTE crecieron un 169,1%, mientras que la inflación en el mismo período alcanzó el 173,1%. Esto implica que, pese a los incrementos nominales, los ingresos no lograron equiparar el alza de precios, generando una pérdida neta de poder adquisitivo para los trabajadores formales. En este contexto, el salario promedio RIPTE en diciembre de 2024 llegó a $1.202.927,89, comparado con los $447.079,57 de noviembre de 2023.

Sin embargo, el RIPTE no contempla la totalidad de la realidad salarial, ya que solo mide los ingresos de trabajadores con al menos 13 meses de antigüedad y sujetos a aportes al sistema de seguridad social. Esto deja fuera a aquellos que ingresaron recientemente al mercado laboral o cuyos aumentos fueron otorgados en conceptos no remunerativos en las negociaciones paritarias.

Otro indicador oficial, basado en las remuneraciones brutas de los asalariados del sector privado, reflejó una remuneración bruta promedio de $1.423.257 en noviembre de 2024, lo que representa un crecimiento del 172,8% interanual. A su vez, la mediana de la remuneración bruta fue de $1.077.793, con un incremento del 166,5% respecto al mismo mes del año anterior. Estos datos refuerzan la idea de que los aumentos salariales no logran mantener el ritmo de la inflación.

El informe también destaca que la base máxima imponible para el cálculo de aportes previsionales se ubicó en $2.910.574, lo que limita el registro de salarios altos dentro del sistema. Mientras tanto, en la Ciudad de Buenos Aires, los datos reflejaron un aumento del 3,1% en los salarios formales, aunque tampoco resultó suficiente para equiparar la inflación del período.

La brecha entre los incrementos salariales y el costo de vida sigue afectando la economía de los trabajadores, poniendo en evidencia la necesidad de estrategias que garanticen una mejora real en los ingresos frente a la inflación persistente.