Colapso del acero en 2024: impuestos, crisis y políticas que asfixian a la industria

La producción de acero cayó un 26% interanual, mientras la industria lidia con impuestos desmedidos, costos en alza y la inacción oficial frente a la competencia desleal. ¿Qué esperan para reaccionar?

Un desplome anunciado: el acero no pudo resistir el peso de la economía

El sector siderúrgico argentino cerró 2024 con cifras alarmantes: la producción de acero crudo alcanzó apenas 256.300 toneladas en diciembre, marcando una contracción interanual del 23,1% y una baja del 24,3% respecto a noviembre, según datos de la Cámara Argentina del Acero. Los laminados en caliente, esenciales para la industria manufacturera, se desplomaron aún más, con una caída intermensual del 31,4%.

La excusa oficial se centró en paradas de mantenimiento y ajustes de stock. Sin embargo, lo que realmente golpea al sector son problemas de fondo que el gobierno ignora: una carga impositiva asfixiante, costos en dólares que descontrolan la competitividad y la importación desleal de productos desde economías no reguladas.

Una industria bajo asedio

La Cámara Argentina del Acero no dudó en señalar los factores que explican esta crisis:

  • Impuestos distorsivos: tributos como Ingresos Brutos y tasas municipales, que encarecen cada eslabón de la cadena.
  • Inflación en dólares: agravada por la falta de previsibilidad cambiaria.
  • Competencia desleal: productos extranjeros a precios irrisorios, sin regulación ni aranceles, desplazan a la industria local.

A esto se suma un panorama económico que desincentiva la inversión y limita la capacidad de crecimiento en un sector estratégico para la economía nacional.

Expectativas para 2025: ¿optimismo o resignación?

Mientras el gobierno repite eslóganes vacíos sobre recuperación, el sector siderúrgico tiene esperanzas moderadas de mejora en 2025, impulsadas por la creciente demanda de proyectos de energía renovable. Sin embargo, las expectativas apuntan a niveles de producción inferiores a los de 2023, reflejando una economía que no logra encontrar el rumbo.

Un futuro incierto sin cambios estructurales

El desplome de la industria del acero es un síntoma más de una economía que no da respuestas. Los impuestos desmedidos, la competencia desleal y la falta de incentivos reales para el desarrollo productivo asfixian a un sector clave para el crecimiento industrial.

Si el gobierno no toma medidas inmediatas y profundas, 2025 podría ser otro año perdido para la siderurgia, mientras la industria y los trabajadores pagan el precio de políticas erráticas y una visión cortoplacista que no entiende la urgencia del cambio. ¿Hasta cuándo se podrá sostener esta agonía?