Caída del 21% en la venta de ropa durante 2024
Un año marcado por la caída del poder adquisitivo
La venta de ropa en Argentina sufrió una disminución del 21% en términos reales durante 2024, según un informe de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI). Esta situación está vinculada a la caída del poder adquisitivo y a una disminución en la demanda que afecta al sector.
El panorama se agravó en los últimos dos meses del año, cuando el 70% de las empresas declaró que su facturación nominal creció por debajo de la inflación. En términos de unidades vendidas, las cifras también reflejan esta tendencia: la caída interanual fue del 1,2% en el último bimestre, aunque se observó una desaceleración respecto a los dos meses anteriores.
Esta situación no es uniforme en todo el sector. Si bien el 37% de las empresas reportó bajas en ventas, este porcentaje disminuyó comparado con periodos anteriores. Sin embargo, el contexto económico general no permitió una recuperación significativa.
Un factor clave que explica la diferencia entre la caída de las ventas reales y las unidades vendidas es el abaratamiento relativo de la ropa. Mientras los precios de la indumentaria y el calzado aumentaron un 84,5% durante 2024, la inflación general alcanzó el 117,8%. Esta brecha evidencia que los productos del sector no lograron seguir el ritmo de los incrementos generales de precios, resultado directo de la menor demanda por parte de los consumidores.
El informe también destaca que esta dinámica refleja una crisis más profunda en el poder adquisitivo de la población. Con menores ingresos disponibles, los consumidores priorizan gastos básicos, dejando de lado compras consideradas no esenciales, como la ropa. Esta tendencia tiene un impacto directo en la industria, que enfrenta un desafío para sostener su actividad en un entorno de contracción económica.
En conclusión, la caída en las ventas de ropa durante 2024 no sólo responde a factores específicos del sector, sino también a un contexto económico que limita las posibilidades de consumo de la población. Este panorama plantea un desafío significativo para la industria de la indumentaria, que deberá buscar estrategias innovadoras para adaptarse a las nuevas condiciones del mercado y mitigar los efectos de la crisis económica.