El fin de la moratoria previsional: un golpe al derecho de jubilación

Solo una minoría podrá acceder al beneficio previsional tras la caída del esquema actual

A partir del 23 de marzo, la jubilación será una posibilidad lejana para la mayoría de las mujeres y un porcentaje reducido de hombres, luego de que caduque la Ley 27.705 que permitía acceder al beneficio mediante una moratoria previsional. Este esquema, que funcionó como una alternativa para trabajadores sin aportes suficientes, será desactivado, dejando un vacío crítico en el sistema de protección social.

El impacto en los nuevos jubilados

Según datos de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), el 74% de las jubilaciones otorgadas en el primer semestre de 2024 se alcanzaron a través de moratorias. De los 216.621 nuevos jubilados en ese período, 160.163 accedieron mediante este mecanismo. Con el fin de la moratoria, las cifras proyectadas para 2025 muestran que apenas una de cada diez mujeres y tres de cada diez hombres podrán jubilarse, evidenciando la dependencia de este esquema para garantizar derechos previsionales.

Las razones detrás del desmantelamiento

El gobierno, encabezado por el presidente Javier Milei, ha sido crítico de la moratoria. Según funcionarios como el ministro de Economía, Luis Caputo, esta medida ha contribuido a la baja generalizada de las jubilaciones al «licuar los haberes». Argumentan, además, que es inequitativa, pues permite acceder a la jubilación sin cumplir los 30 años de aportes requeridos.

Sin embargo, esta postura ignora factores estructurales que socavan la sostenibilidad del sistema previsional, como el trabajo no registrado, que afecta al 50% de los trabajadores en actividad. A esto se suma la reducción de las contribuciones patronales, una práctica común desde los años 90, que disminuye los recursos disponibles para la Seguridad Social.

Alternativas insuficientes y consecuencias sociales

El fin de la moratoria deja a los trabajadores con opciones limitadas: seguir trabajando hasta completar los 30 años de aportes o acceder a la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que paga solo el 80% de la jubilación mínima y excluye derechos como la pensión por viudez. Para muchas mujeres, esto implica un aumento indirecto de la edad jubilatoria, perpetuando desigualdades estructurales.

Una reforma que profundiza la exclusión

La caída de la moratoria previsional refleja un retroceso en los derechos laborales y sociales. Mientras el gobierno se enfoca en reducir costos, el impacto en las personas mayores será devastador, con menos acceso a ingresos que garanticen una vejez digna. Este cambio no solo desprotege a millones de trabajadores, sino que consolida un sistema que prioriza ajustes económicos sobre el bienestar de la población.