Verano en la Costa Atlántica: baja ocupación y estancias más cortas

El panorama del turismo estival en la Costa Atlántica muestra claros signos de transformación.

A medida que avanza el verano, la Costa Atlántica enfrenta un comienzo de temporada modesto, con niveles de ocupación turística inferiores a los esperados. Según la subsecretaria de Turismo de Buenos Aires, Soledad Martínez, los hábitos turísticos han cambiado drásticamente: “La gente hace escapadas de cuatro días, ni siquiera de una semana”. Este cambio se refleja en la falta de reservas anticipadas, complicando cualquier análisis previo de la ocupación hotelera.

Diciembre de 2024 registró una caída del 10% en comparación con el mismo mes de 2023, un descenso significativo. Sin embargo, Martínez destacó que, mientras en 2023 hubo dos fines de semana largos, en 2024 no hubo ninguno, lo que impactó directamente en los números.

En la Cámara Argentina de Turismo (CAT), el vicepresidente Aldo Elías advirtió que las reservas de la Costa Atlántica apenas alcanzaban un 50% promedio al inicio de enero, una cifra considerablemente inferior a la del año pasado. Este descenso refleja un contexto económico adverso, en el cual los precios pretendidos por los prestadores no encontraron respaldo en la demanda.

Un cambio en los hábitos

Las estancias prolongadas de quincenas o meses, que solían caracterizar las vacaciones en la Costa, han dado paso a escapadas más breves y esporádicas. Esta nueva dinámica ha generado un círculo vicioso: la falta de urgencia por reservar reduce la demanda, y la baja demanda disminuye las reservas anticipadas.

Además, los sectores con mayor ocupación en la primera quincena de enero han sido los más exclusivos, lo que deja en evidencia una segmentación del turismo hacia quienes tienen mayor capacidad económica.

Perspectivas para la segunda quincena

Históricamente, la segunda quincena de enero representa el punto más alto de la temporada, y el sector turístico tiene expectativas de que la situación mejore. Sin embargo, las condiciones actuales plantean interrogantes sobre si el flujo de turistas logrará repuntar significativamente o si este verano marcará un cambio permanente en las tendencias de consumo turístico en la región.

En conclusión, la temporada de verano en la Costa Atlántica comienza con desafíos importantes, marcados por cambios estructurales en los hábitos de los turistas, restricciones económicas y un entorno de incertidumbre. La Costa, tradicionalmente el principal destino de vacaciones para los argentinos, enfrenta el reto de adaptarse a esta nueva realidad.