Preocupación por la inflación: los precios de alimentos y bebidas aumentaron un 1,2% en la primera semana de enero

El aumento pone en duda la meta oficial de mantener la inflación por debajo del 3% en el primer mes del año.

El año comenzó con un dato alarmante para el Gobierno, que busca consolidar una inflación mensual por debajo del 3%: un informe de la consultora LCG relevó un incremento del 1,2% en los precios de alimentos y bebidas durante la primera semana de enero. Este aumento complica las proyecciones oficiales, que esperaban mantener una tendencia de desaceleración inflacionaria tras un cierre de 2024 sin grandes variaciones en los rubros alimenticios.

LCG, que monitorea más de 8.000 productos en cinco cadenas de supermercados, señaló que el principal factor del alza fue el rubro Bebidas, que registró un aumento tres veces mayor al promedio semanal. Otros sectores significativos fueron los productos de panificación, cereales y pastas, junto con las carnes. Sin embargo, las verduras mostraron una marcada caída de precios, contribuyendo a amortiguar los aumentos generales.

Este comportamiento contrastante se refleja también en el análisis mensual. Sin considerar las carnes, el índice de las últimas cuatro semanas mostró una leve disminución promedio del 0,1%. Asimismo, se registró una notable reducción en los productos que no variaron sus precios, con una disminución del 15% en comparación con la semana anterior.

A pesar de estas señales mixtas, las proyecciones económicas que participan en el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central estimaron una inflación del 2,9% para diciembre. Este dato, que implica un leve repunte respecto a noviembre, se considera favorable dado el impacto estacional de las fiestas de fin de año y las correcciones tarifarias aplicadas.

Si las cifras oficiales confirman esta previsión, el Gobierno tendría margen para sostener el índice de precios al consumidor (IPC) en línea con el ritmo de devaluación controlada del tipo de cambio oficial, lo que permitiría ajustar el crawling peg hacia mediados de enero.

No obstante, el incremento en alimentos y bebidas anticipa desafíos para el objetivo de contener la inflación en el corto plazo. Con estos resultados, la sostenibilidad de la estrategia oficial dependerá de su capacidad para mitigar los aumentos en los rubros más sensibles al bolsillo de los argentinos.

El inicio de 2025 muestra un panorama complejo en materia inflacionaria, con señales de alerta en sectores clave como los alimentos. Aunque el Gobierno confía en mantener la inflación bajo control, los recientes incrementos podrían comprometer sus objetivos, poniendo a prueba las medidas implementadas para estabilizar la economía.