Aumentos de hasta el 4% en autos 0km pese a la quita del impuesto PAIS

La medida que prometía aliviar los precios terminó dejando al consumidor en el mismo lugar: enfrentando subas en enero.

El pasado 23 de diciembre, el Gobierno eliminó el impuesto PAIS aplicado a los vehículos, una decisión anunciada con bombos y platillos como una herramienta para reducir los precios de los autos 0km y fomentar el consumo en un sector clave de la economía. Sin embargo, la realidad de enero expone un escenario opuesto: aumentos de hasta el 4% en algunos modelos, dejando a los consumidores con pocas razones para celebrar.

El Ejecutivo planteó la eliminación del impuesto PAIS como una respuesta a las demandas de las automotrices y un beneficio directo para los ciudadanos. Sin embargo, la falta de políticas claras y efectivas para regular el impacto de esta medida ha derivado en ajustes que parecen responder más a las necesidades de las empresas que a los intereses de los consumidores.

Toyota, Ford, General Motors y Nissan, entre otras marcas, ya presentaron sus nuevas listas de precios para 2025. Aunque hubo reducciones aisladas en ciertos modelos, la mayoría de los vehículos exhiben aumentos que superan las expectativas. Este escenario no solo erosiona la confianza en las políticas oficiales, sino que también subraya las dificultades del Gobierno para articular medidas que realmente beneficien al mercado interno.

Toyota, por ejemplo, redujo sus precios entre un 1% y un 3% antes de que la eliminación del impuesto se hiciera efectiva. Sin embargo, en enero volvió a subirlos, con incrementos de hasta el 2,8%. Ford y General Motors siguieron una lógica similar: tras leves reducciones, aplicaron alzas que alcanzaron el 4% en algunos modelos importados. Estos movimientos exponen un vacío en el diseño y control de las políticas públicas, que han dejado a los consumidores a merced de las estrategias comerciales de las automotrices.

La situación también desnuda un problema estructural: la falta de incentivos claros para fortalecer la producción nacional. A pesar de que algunos modelos fabricados localmente tienen costos menos influenciados por factores externos, la falta de planificación y previsión por parte del Gobierno dificulta que estas ventajas se traduzcan en beneficios tangibles para el público.