Conceden salidas transitorias a ex policía condenado por el femicidio de Natalia Melmann

La decisión judicial que indigna: un beneficio que revictimiza.

La reciente resolución judicial que otorga salidas transitorias a Oscar Echenique, ex policía condenado por la violación y femicidio de Natalia Melmann, generó un profundo rechazo entre los familiares de la víctima y sectores de la sociedad. Echenique, quien cumplió más de dos décadas en prisión tras recibir una condena a perpetua por el aberrante crimen cometido en febrero de 2001, ahora gozará de un beneficio que muchos consideran una afrenta a la memoria de Natalia y a la lucha contra la violencia de género.

El fallo fue firmado por los jueces Pablo Poggetto y Gastón de Marco, quienes autorizaron a Echenique a salir de la cárcel de Batán el primer domingo de cada mes, entre las 8 y las 20 horas. Según lo dispuesto, el condenado será trasladado por su hermana hasta una vivienda en el barrio San Eduardo del Mar, bajo estrictas medidas que incluyen la prohibición de ingresar a Miramar y de contactar a la familia de Natalia.

Un caso que marcó a Miramar

Natalia Melmann, de tan solo 15 años, fue privada de su libertad, violada y asesinada en un hecho que conmocionó a la ciudad de Miramar y al país entero. Echenique, junto con los también ex policías Ricardo Suárez y Ricardo Anselmini, fue condenado a la pena máxima en 2002 por “privación ilegal de la libertad agravada, abuso sexual agravado y homicidio triplemente calificado por ensañamiento, alevosía y concurso de dos o más personas para asegurar el resultado”. La brutalidad del crimen y la implicancia de miembros de la fuerza policial generaron un impacto que perdura hasta hoy.

La indignación crece al recordar que este no es el primer episodio que provoca tensión en torno a los condenados por este caso. En septiembre de este año, Ricardo Anselmini fue captado en un parque de Mar del Plata durante una salida transitoria que, según se comprobó luego, no respetó los límites impuestos por el tribunal. Estos incidentes reavivan la discusión sobre los criterios y la supervisión de estos beneficios.

Un fallo cuestionado

La decisión de Poggetto y De Marco pone en el centro del debate cómo se otorgan los beneficios penitenciarios y cuáles son las implicancias para las víctimas y sus familias. Si bien las salidas transitorias forman parte de los derechos previstos en el sistema penal argentino para favorecer la reinserción social, los críticos argumentan que, en casos de extrema gravedad como el de Natalia, estos beneficios son percibidos como una burla a la memoria de las víctimas y a la lucha por la justicia.

La lucha que sigue

Marta, la madre de Natalia, encabeza un reclamo que no cesa. Su dolor se transforma en denuncia contra un sistema judicial que, según sus palabras, “sigue sin escuchar el grito de las víctimas”. Organizaciones de derechos humanos y colectivos feministas también repudiaron la medida, señalando que este tipo de decisiones judiciales refuerzan la impunidad y desalientan la denuncia de crímenes similares.

El caso de Natalia Melmann no solo sigue siendo un recordatorio de los horrores que pueden cometerse desde el poder, sino también de las fallas estructurales que perpetúan la injusticia. La lucha por justicia, memoria y respeto hacia las víctimas debe mantenerse como un eje fundamental en el debate público y las políticas judiciales del país.