¿Habrá cortes de luz este verano? La crisis energética en números
El sistema eléctrico argentino enfrenta un déficit de 2.500 MW que podría generar interrupciones del servicio en momentos de mayor demanda. La clave para evitarlo depende de las condiciones climáticas y de las medidas adoptadas por el Gobierno y el sector privado.
El verano 2024-2025 anticipa una fuerte presión sobre el sistema energético. Según la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA), el pico de consumo estimado alcanza los 30.700 MW, mientras que la capacidad de generación se calcula en 28.751 MW. Este desequilibrio de 2.500 MW equivale al consumo de más de tres millones de hogares en horarios de alta demanda.
La secretaria de Energía, María del Carmen Tettamanti, destacó que el panorama responde a años de desinversión en generación, transporte y distribución. Aunque las tarifas han aumentado y existen incentivos para reducir el consumo en industrias, las soluciones estructurales no pueden implementarse en el corto plazo.
Inversiones insuficientes y decisiones cuestionadas
A pesar de medidas de emergencia como la resolución 294/2024, que fomenta inversiones menores para incrementar la reserva eléctrica, la infraestructura enfrenta limitaciones críticas. La falta de líneas de transmisión y estaciones transformadoras impide aprovechar plenamente la capacidad de los parques eólicos y solares instalados en años anteriores.
Adicionalmente, la anulación de 3.000 MW de potencia térmica adjudicados en 2023 agrava la situación. Según expertos, esta decisión no solo impactará el próximo verano, sino que también afectará los años venideros.
Soluciones parciales y acuerdos internacionales
Ante este panorama, CAMMESA está gestionando la importación de energía desde Brasil, aunque las sequías en la región podrían limitar esta alternativa. Al mismo tiempo, se incentiva a grandes usuarios a disminuir su consumo en jornadas críticas de calor, intentando equilibrar la balanza entre oferta y demanda.
Mientras tanto, la Fundación Encuentro advierte que la indisponibilidad de la Central Nuclear Atucha I hasta 2027 y la posible demora de Atucha II agravan la incertidumbre sobre la capacidad de generación.