Inflación en la mesa: la carne registra aumentos de hasta el 30%

En un contexto de alta inflación, el precio de la carne en Argentina se disparó durante noviembre. Mientras algunos cortes superan los $10.000 por kilo en CABA, el consumo sigue en niveles históricamente bajos.

El precio de la carne, un componente esencial en la dieta de los argentinos, ha registrado aumentos significativos en el último mes. Según un relevamiento reciente, los valores de cortes populares como el asado oscilan entre $6.500 y $11.800 por kilo, dependiendo del lugar de compra. Estas subas, que alcanzan hasta un 30%, se producen en un escenario de caída del consumo y expectativas crecientes por las fiestas de fin de año.

Durante noviembre, los precios de la carne en Argentina mostraron un incremento generalizado, con variaciones notables según la ubicación y el punto de venta. En cadenas de carnicerías de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), el kilo de asado se vendía entre $10.400 y $11.800, mientras que en comercios barriales los precios oscilaban entre $8.000 y $9.200. En contraste, los mercados mayoristas como el Mercado Central y el Mercado de Morón ofrecían precios más accesibles, que iban de $6.500 a $7.500 por kilo.

Estas disparidades reflejan la influencia de factores como la demanda local, la logística y las condiciones climáticas que han afectado la producción ganadera. Además, la cercanía de las fiestas ha intensificado la presión sobre los precios de los cortes más demandados, como el vacío, la entraña y el ojo de bife. En este contexto, el precio del lomo alcanzó los $11.000 por kilo, mientras que el vacío llegó a $9.500.

A pesar de los aumentos, el consumo de carne en Argentina continúa en declive, alcanzando los niveles más bajos en casi tres décadas, con un promedio anual de entre 46 y 48 kilos por habitante. Este fenómeno se explica en parte por el impacto de la inflación general, que acumula un 107% en lo que va del año. En comparación, los precios de la carne han subido un 33%, manteniéndose relativamente por debajo del índice inflacionario.

La Cámara de Matarifes y Abastecedores (Camya) atribuye los aumentos a varios factores. Según su vicepresidente, Sergio Pedace, la oferta ajustada de hacienda, las lluvias recientes y las expectativas por las fiestas han sido determinantes. A pesar de ello, los precios de la hacienda en términos reales permanecen por debajo de los promedios históricos, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de estos incrementos en el mediano plazo.

El aumento en los precios de la carne refleja un contexto económico complejo, donde la inflación, la caída del consumo y los factores climáticos se entrelazan. Mientras los consumidores enfrentan dificultades para mantener este producto en su dieta diaria, la industria argumenta que los ajustes responden a presiones estructurales y de mercado. De cara a las fiestas, la carne se convierte en un símbolo del desafío económico actual en Argentina.