Discriminación laboral en Argentina: un obstáculo urgente por superar

El 83% de los trabajadores afirma haber sufrido discriminación laboral, reflejando un problema persistente en el ámbito laboral nacional y regional.

Un informe reciente de Bumeran y la ONG Grow – Género y Trabajo arroja datos alarmantes: el 83% de los trabajadores argentinos reporta haber enfrentado discriminación laboral en algún momento. Este estudio, que incluyó a más de 4.600 personas de cinco países de América Latina, revela un aumento preocupante de esta problemática en el último año, reflejando un desafío profundo para las empresas y las políticas públicas.

Un panorama regional complejo

El informe, titulado Diversidad en el Trabajo, destaca que la discriminación laboral no es exclusiva de Argentina. Chile lidera la incidencia con un 84% de trabajadores afectados, seguido por Panamá (74%), Perú (70%) y Ecuador (67%). En 2022, solo el 35% de los trabajadores argentinos percibían haber sido discriminados; sin embargo, en 2023, esta cifra escaló drásticamente al 86%, subrayando una creciente conciencia o intensificación del problema.

La discriminación abarca múltiples formas: desde sesgos de género, edad y nivel socioeconómico, hasta la exclusión de personas por su orientación sexual, discapacidad o procedencia. Estas barreras impactan no solo el desarrollo profesional de los empleados, sino también la productividad y la cohesión en los entornos laborales.

Inclusión: un desafío para las empresas

El 57% de los especialistas en recursos humanos encuestados reconocen dificultades para integrar personas diversas en sus organizaciones. Carolina Molinaro, Head of Marketing de Bumeran, enfatizó que “estos datos subrayan la urgencia de fortalecer políticas y prácticas que fomenten un entorno donde todos los talentos sean valorados y respetados”.

La falta de medidas efectivas para combatir la discriminación es un factor recurrente en el informe. Georgina Sticco, directora de Grow, resaltó que “si la mayoría de las personas consideran que no se toman medidas para generar ambientes laborales más inclusivos, algo está fallando en las organizaciones. Es necesario abrir espacios de diálogo para entender cómo ciertas características de las personas aún representan barreras para el desarrollo”.

La inclusión como prioridad

Ante este panorama, surge la necesidad de que las empresas adopten una agenda de inclusión proactiva. Esto incluye capacitaciones en diversidad y equidad, evaluaciones periódicas de las políticas internas y la implementación de herramientas que midan los avances en esta materia.

La discriminación laboral no solo afecta a quienes la sufren directamente, sino que también daña la cultura organizacional y limita el potencial competitivo de las empresas. Generar espacios inclusivos no es solo una cuestión de ética, sino un imperativo estratégico para construir entornos laborales justos y productivos.

En definitiva, el reto es claro: transformar los datos alarmantes en acciones concretas, promoviendo la igualdad de oportunidades y el respeto en todos los niveles laborales. Solo así será posible superar este obstáculo y avanzar hacia un mercado laboral verdaderamente inclusivo en Argentina y la región.