El consumo de yerba mate en Argentina: caída histórica y desafíos del sector
La yerba mate enfrenta su nivel más bajo de consumo interno desde 2016, un reflejo de las tensiones económicas y los cambios en los hábitos de los consumidores.
El consumo de yerba mate, uno de los íconos culturales de Argentina, atraviesa un crítico momento. Según el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), entre enero y octubre de 2024, el consumo interno cayó un 8,91% respecto al mismo período del año anterior, marcando su nivel más bajo en ocho años. Este descenso se da en un contexto económico caracterizado por el aumento de precios y una marcada pérdida del poder adquisitivo, factores que han reducido la demanda en los hogares.
En octubre, el consumo interno se situó en 22.424.232 kilos, una disminución del 5,75% en relación a septiembre y del 10,05% interanual. Los paquetes de medio kilo dominaron las ventas, representando el 56,53% del total, mientras que los de un kilo, tradicionalmente populares, cayeron al 37,83%. Esto evidencia que los consumidores priorizan presentaciones más económicas en un esfuerzo por ajustarse a presupuestos más restringidos.
A pesar de la caída interna, las exportaciones de yerba mate registraron un aumento cercano al 9% en comparación con 2023. Entre enero y octubre, se exportaron 36.930.192 kilos, el volumen más alto desde 2019. Sin embargo, los envíos al exterior en octubre representaron una baja del 22,7% frente a septiembre. Aun así, se proyecta que el sector cierre el año con unos 42 millones de kilos exportados, un dato alentador para el mercado internacional.
En contraste con la caída en el consumo, la entrada de hoja verde a los secaderos alcanzó un récord histórico en los primeros nueve meses del año, con 968.057.487 kilos procesados. Las condiciones climáticas favorables impulsaron esta sobreproducción, generando una baja en los precios de la materia prima, que quedaron incluso por debajo de los valores de 2023.
Este exceso de oferta preocupa a los productores, que ahora enfrentan el desafío de evitar una nueva saturación del mercado en la próxima cosecha. De no tomarse medidas, los precios podrían continuar en descenso, agravando aún más la situación económica del sector.