Soltar lo innecesario: cómo desprenderse de lo material mejora tu bienestar

Liberarse del apego a los objetos y enfocarse en lo esencial puede tener un impacto positivo en la salud mental y emocional, facilitando el cierre de ciclos y promoviendo el bienestar.

En un mundo saturado de estímulos y consumo, desprenderse de los objetos materiales es una práctica cada vez más relevante para la salud mental. Muchas personas desarrollan vínculos profundos con sus posesiones, al punto de que estos objetos pueden simbolizar personas, momentos o emociones. Desprenderse de ellos, aunque necesario, suele ser un desafío emocional que puede provocar ansiedad, tristeza y un sentimiento de pérdida.

Este apego material, explican los psicólogos, está estrechamente ligado a la forma en que valoramos el pasado. “Es natural que nos cueste dejar ir la muñeca de la infancia o el regalo de un ser querido”, comenta Jaime Anías Ruiz, psicólogo general sanitario, quien destaca cómo los objetos se vuelven extensiones emocionales de las experiencias y personas significativas en la vida de cada uno. Este vínculo emocional, aunque común, puede crear un ciclo de acumulación que afecta el espacio físico y, a menudo, la paz mental.

El peso de la acumulación en una cultura de consumo

Vivimos en sociedades de consumo que asocian la acumulación con el éxito. La idea de que “más es mejor” está presente en nuestra cultura y nos bombardea a través de mensajes que sugieren que las posesiones brindan estatus, seguridad y felicidad. Sin embargo, expertos como Marie Kondo, reconocida organizadora japonesa, han cuestionado esta idea, subrayando que el desapego de los bienes materiales puede liberar al individuo de una carga emocional y mental. Según Kondo, simplificar el entorno y deshacerse de lo que ya no sirve permite una mayor claridad mental, reduce el estrés y fomenta la tranquilidad.

Además, estudios realizados en la Universidad de Binghamton señalan que el bienestar está más relacionado con las experiencias que con los objetos. Compartir momentos con seres queridos, disfrutar de una actividad al aire libre o simplemente pasar tiempo con una mascota generan satisfacción a largo plazo. Estas experiencias no están sujetas a la transitoriedad de los bienes materiales y ayudan a reducir la ansiedad que puede provocar la acumulación.

Más allá de lo material: una vida menos cargada

Desprenderse de lo innecesario también significa hacer espacio para experiencias y relaciones que enriquecen la vida. Una antigua historia ilustra esta idea: un turista americano, de viaje en Egipto, se sorprendió al ver que un sabio vivía en una pequeña habitación con solo una cama, una mesa y un banco. “¿Dónde están sus pertenencias?”, preguntó el visitante. “¿Y dónde están las suyas?”, replicó el sabio. “Pero yo solo estoy de paso”, aclaró el turista, a lo que el sabio respondió: “Al igual que yo”. Esta historia nos recuerda que la vida es un viaje temporal y que la verdadera satisfacción no proviene de acumular, sino de aprender a soltar.