Los efectos de tomar café justo después de comer: beneficios y riesgos para el organismo
El hábito de tomar café tras las comidas es común, pero puede afectar la absorción de nutrientes clave como el hierro y el calcio, y conlleva otros efectos en la salud que conviene conocer.
En Argentina y en buena parte del mundo, el café es una de las bebidas más populares. Para muchos, una comida no está completa sin una taza de café para culminarla. Sin embargo, este hábito podría traer ciertos efectos no tan conocidos para el organismo, sobre todo en la absorción de nutrientes como el hierro, el calcio y otros minerales esenciales.
Tomar café justo después de comer es una costumbre para muchos, no solo por su sabor, sino por su potencial como digestivo y estimulante. Al consumir café después de una comida, se estimula la producción de ácido gástrico y se aumenta la motilidad del tracto digestivo, lo cual puede facilitar la digestión y ayudar a las personas que suelen sentir pesadez estomacal después de comer. La cafeína, además, actúa como un leve estimulante, combatiendo la somnolencia que suele aparecer tras una comida copiosa y ayudando a algunas personas a sentirse más alerta.
A nivel metabólico, el café también acelera ligeramente el ritmo al que el cuerpo quema calorías, aunque este efecto no es suficiente como para ser considerado un método de pérdida de peso, especialmente cuando la bebida contiene azúcar, leche o edulcorantes añadidos.
Sin embargo, el consumo de café justo después de comer no está exento de inconvenientes. Una de las principales desventajas es que puede interferir con la absorción de ciertos nutrientes esenciales. Esto se debe a los taninos presentes en el café, que inhiben la absorción de hierro no hemo, tipo de hierro presente en alimentos como las legumbres, verduras de hoja verde y carnes rojas. En personas con anemia o con niveles bajos de hierro, esta interferencia puede resultar problemática. Los especialistas sugieren, por tanto, esperar al menos una hora después de comer para consumir café, si el objetivo es optimizar la absorción de hierro.
En cuanto al calcio, el café actúa de forma distinta. Aunque no afecta directamente su absorción, sí aumenta la excreción de calcio a través de los riñones, lo que puede reducir los niveles de este mineral en el organismo a largo plazo. Esta pérdida de calcio es especialmente relevante para quienes ya tienen deficiencia de este mineral o están en riesgo de desarrollar osteoporosis.
Por otro lado, el café tiene efectos conocidos en el sistema nervioso, que pueden ser positivos o negativos según la sensibilidad de cada persona. Mientras algunos experimentan un aumento en su nivel de concentración y energía, otros pueden sufrir nerviosismo, ansiedad o incluso palpitaciones tras consumir cafeína. Para quienes son propensos a estos síntomas, la recomendación es reducir el consumo o evitarlo después de una comida, cuando el cuerpo ya se encuentra en un estado de activación.