La genética pesa más que la dieta en la longevidad
Un nuevo estudio sugiere que los genes pueden tener un papel más importante en la esperanza de vida que la alimentación, según un experimento con ratones publicado en Nature.
Durante años, la ciencia ha debatido sobre el impacto de la alimentación en la longevidad humana. Sin embargo, un reciente estudio realizado en ratones ha revelado que la genética podría ser un factor determinante en la esperanza de vida, superando la influencia de la dieta.
El estudio, dirigido por un equipo de investigadores estadounidenses y publicado en la revista científica Nature, se centró en 960 ratones hembra de origen genéticamente diverso. A diferencia de estudios previos, que utilizaban cepas consanguíneas limitadas, este diseño garantizó que los resultados fuesen más representativos de la diversidad genética humana. Los roedores fueron divididos en grupos que seguían cinco tipos de dietas: desde acceso ilimitado a alimentos hasta diversas formas de ayuno y restricción calórica.
Los resultados fueron reveladores: todas las dietas redujeron la tasa de envejecimiento, pero las que implicaban una reducción calórica mostraron efectos más significativos en la prolongación de la vida. Sin embargo, el estudio destacó que la pérdida de peso no era el factor determinante en la longevidad, lo que sugiere que otros mecanismos están en juego.
Menos calorías, más vida, pero no necesariamente mejor salud
Los ratones que consumían menos calorías vivieron más tiempo en promedio, alcanzando hasta 34 meses de vida en comparación con los 25 meses de los que comían sin restricciones. No obstante, este aumento en la longevidad no siempre vino acompañado de mejor salud. Los ratones que perdieron más peso tendieron a tener sistemas inmunitarios más débiles y menor energía, lo que resultó en una vida más corta.
Curiosamente, los ratones que mantuvieron su peso, a pesar de la restricción alimentaria, fueron los que más tiempo vivieron. Este hallazgo sugiere que un equilibrio moderado en la reducción de calorías podría ser más efectivo para la longevidad sin comprometer la salud.
La genética, el factor clave
El análisis genético mostró que la longevidad estaba más influenciada por la genética que por las dietas. Según el autor principal del estudio, Gary Churchill, los factores genéticos aún no identificados son los que en última instancia determinan cómo las dietas afectan la esperanza de vida.
Este descubrimiento destaca la importancia de comprender cómo los genes y la dieta interactúan en la salud y longevidad humana, y sugiere que los cambios en la dieta podrían no ser la clave universal para una vida larga.
En conclusión, si bien reducir calorías puede prolongar la vida, los factores genéticos subyacentes son esenciales para determinar cuán efectivos son estos cambios.