Supermercados y mayoristas en crisis: la batalla por frenar el desplome del consumo
Con una caída histórica en el consumo masivo, supermercados y mayoristas enfrentan pérdidas alarmantes. El contexto económico marcado por el aumento de precios y la baja del poder adquisitivo ha provocado 12 meses consecutivos de descenso en las ventas.
En un escenario económico cada vez más complicado, supermercados y mayoristas en Argentina atraviesan una crisis sin precedentes. A pesar de los esfuerzos del gobierno nacional por contener la inflación, los efectos en el consumo son devastadores. Las ventas en los comercios minoristas y mayoristas no paran de caer, con descensos interanuales de entre 17% y 18%, reflejando el impacto de las políticas de ajuste sobre el poder adquisitivo de las familias.
Desde la asunción de Javier Milei como presidente, el panorama económico del consumo masivo ha sufrido un deterioro drástico. Los supermercados y comercios de todo el país registran caídas consecutivas en sus ventas, alcanzando niveles críticos en septiembre. Según fuentes citadas por Página 12, este mes será el más difícil del año, marcando un ciclo completo de 12 meses de descenso en las ventas en supermercados, comercios minoristas y pymes.
Las causas de este desplome son diversas. En primer lugar, los aumentos constantes de tarifas, especialmente en servicios públicos, han obligado a las familias a reducir su gasto en alimentos y productos básicos. Además, la desregulación de precios ha generado incertidumbre en los consumidores, quienes optan por contener su consumo ante la falta de previsibilidad en los gastos mensuales. Por otro lado, a pesar de que los precios de alimentos y bebidas han subido por debajo de la inflación general, los valores siguen siendo inalcanzables para muchos tras la devaluación de diciembre.
Esta situación ha afectado de manera crítica a los comercios mayoristas, que dependen en gran medida de las ventas de los supermercados, responsables del 75% del consumo masivo en el país. La caída en los pedidos ha presionado a los mayoristas, quienes enfrentan el riesgo de vencimiento de sus productos. “No estamos vendiendo nada”, declaró un dirigente del sector, resaltando la gravedad de la situación.
En un intento desesperado por revertir la caída, los mayoristas organizan una «Black Week» para noviembre, ofreciendo descuentos masivos con la esperanza de atraer tanto a minoristas como a consumidores. Desde la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM), expresaron: «Queremos que las familias puedan acceder a alimentos y bebidas a precios promocionales, y que los números rojos se conviertan en negros para cerrar el año».
El impacto de las tarifas: La crisis en el sector no solo se debe al aumento de precios, sino también al impacto de los tarifazos. Desde la llegada de Milei, los costos fijos de las familias se han incrementado entre un 200% y 500%, limitando aún más su capacidad de compra. “El tarifazo nos demolió”, reconoció el CEO de un hipermercado de capital extranjero, reflejando el sentir generalizado en el sector.
Para paliar la situación, algunos hipermercados han implementado descuentos de hasta un 25% durante los fines de semana, con el objetivo de reactivar las ventas. Sin embargo, estas promociones no han logrado revertir la tendencia. En lugar de aumentar las ventas, los consumidores concentran sus compras en esos días, dejando el resto del mes con ventas estancadas.