Conciencia sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos: se celebra el día internacional
La forma en que producimos, consumimos y descartamos los alimentos provoca grandes presiones y ocasiona consecuencias negativas sobre la naturaleza.
El Día Internacional de la Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos se celebra cada 29 de septiembre gracias a un decreto oficial establecido por la ONU. Su principal objetivo es generar conciencia y evitar que los alimentos se desperdicien, en un contexto en el cual, en muchos países, los índices de pobreza y emergencia alimentaria van en aumento cada día.
En tanto, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) destaca la importancia de dar prioridad a la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos como parte fundamental para la transición hacia sistemas alimentarios sostenibles, que mejoren el uso eficiente de los recursos naturales, que disminuyan los impactos planetarios y garanticen la seguridad alimentaria y la nutrición.
Según un informe de WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza), titulado «Enviado a la basura», el 40% de los alimentos nunca son consumidos y terminan en la basura cada año en todo el mundo.
Este porcentaje equivale a, aproximadamente, 2.250 millones de toneladas, teniendo en cuenta el desperdicio en los establecimientos agropecuarios, comercios minoristas, servicio de alimentos y hogares de los consumidores. Y a esto también se le suma el estimado de las pérdidas que ocurren en las etapas de transporte, almacenamiento, fabricación y procesamiento.
Por ello, cuando nos referimos al desperdicio, no hablamos solo de alimentos. Junto a ellos, también se «desecha» una gran cantidad de recursos naturales que se utilizaron para producirlos, como, agua, tierra y energía.
La forma en que producimos, consumimos y descartamos los alimentos provoca grandes presiones y ocasiona consecuencias negativas sobre la naturaleza.
Los actuales sistemas de producción de alimentos están basados en la explotación insostenible de los recursos naturales y son los principales impulsores de la pérdida de biodiversidad y destrucción de ecosistemas. Además, pone en riesgo la seguridad alimentaria mundial y el bienestar humano.
A nivel global, el sistema alimentario es responsable del 80% de la pérdida de biodiversidad, el 80% de la deforestación y el 29% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
El panorama es aún más complejo si tenemos en cuenta que para 2050 tendremos un 20% más de habitantes que en 2023, lo cual implicará un aumento de más del 70% en la demanda de proteína animal y más del 50% en la demanda de alimentos en general.
Por otra parte, actualmente, a nivel mundial más de 800 millones de personas no tienen cubiertas sus necesidades básicas de alimentación y, si vemos la situación en Argentina, alrededor del 30% de niños, niñas y adolescentes sufren emergencia alimentaria.
Los especialistas calculan que con la cantidad de comida termina en la basura, se podría alimentar más de 7 veces a quienes hoy pasan hambre en el mundo.