Alarma en Argentina: dos de cada tres niños viven en la pobreza
El 66% de los menores de 14 años en Argentina se encuentran en situación de pobreza, y uno de cada cuatro sufre indigencia, según los datos del INDEC. La crisis afecta especialmente a los adolescentes entre 12 y 17 años.
La crisis económica en Argentina golpea con fuerza a los más jóvenes: según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), el 66,1% de los niños menores de 14 años viven en hogares que no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas. Esta cifra revela el preocupante aumento de la pobreza infantil en el país, con una situación aún más crítica entre los adolescentes.
El reciente informe del INDEC, basado en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) correspondiente al primer semestre del año, revela que más de seis de cada diez niños menores de 14 años en Argentina viven por debajo de la línea de pobreza. Esta alarmante cifra, que alcanza el 66,1%, expone la creciente dificultad de las familias para cubrir una Canasta Básica Total (CBT), indicador que mide los ingresos necesarios para satisfacer necesidades esenciales como alimentos, vestimenta y servicios básicos.
La situación es más crítica cuando se analiza el nivel de indigencia, que afecta al 27% de los menores de 14 años. Esto significa que uno de cada cuatro niños en el país enfrenta hambre, ya que sus familias no generan los ingresos suficientes para adquirir siquiera una Canasta Básica Alimentaria (CBA), destinada exclusivamente a cubrir las necesidades alimentarias mínimas.
Lo más preocupante de este informe es la tendencia ascendente de estos indicadores. Comparado con el primer semestre de 2023, cuando la pobreza infantil era del 56,2% y la indigencia afectaba al 13,6%, el aumento es dramático: la pobreza creció en casi 10 puntos porcentuales y la indigencia se duplicó, registrando un incremento de 13,4 puntos.
Los adolescentes entre 12 y 17 años son los más afectados, con un 69,4% de ellos viviendo en la pobreza. El grupo de niños entre 6 y 11 años sigue de cerca con un 67%, mientras que los más pequeños, de hasta cinco años, registran un 63,9%. Estos datos sugieren que la situación se agrava con el crecimiento de los niños, probablemente por el aumento de las necesidades en la adolescencia.
El INDEC detalla que la medición de la pobreza se basa en la capacidad de los hogares para acceder a la CBT con sus ingresos, mientras que la indigencia se mide según su capacidad para cubrir solo los costos de la CBA. El informe también señala que, aunque los ingresos totales de los hogares aumentaron un 87,8% respecto al semestre anterior, este incremento fue insuficiente para compensar el alza en el costo de las canastas básicas, que subieron entre un 115% y 119%.
La disparidad entre los ingresos de los hogares pobres y el costo de vida evidencia una crisis estructural que afecta principalmente a los más vulnerables: los niños. Con un ingreso promedio de $407.171 frente a una CBT que supera los $700.000, la pobreza infantil en Argentina es una realidad que demanda soluciones urgentes y políticas públicas efectivas para revertir esta preocupante tendencia.