Crisis económica: jubilados acuden a comedores populares para sobrevivir

Con haberes congelados y sin soluciones concretas, cada vez más jubilados recurren a comedores comunitarios en busca de una comida diaria. La situación refleja un deterioro en la calidad de vida de los adultos mayores y expone la falta de respuesta del Gobierno ante la crisis.

La crisis económica sigue golpeando a los sectores más vulnerables del país, y los jubilados no son la excepción. Con haberes que no alcanzan para cubrir sus necesidades básicas, miles de adultos mayores se ven obligados a acudir a comedores populares en los barrios para obtener al menos una comida diaria. Esta realidad pone en evidencia las consecuencias de la falta de ajuste en la fórmula previsional y la escasa asistencia social por parte del Gobierno.

En Monte Chingolo, un barrio de la localidad bonaerense de Lanús, el Club Popular El Dari se ha convertido en un refugio para muchos adultos mayores que enfrentan una difícil situación económica. Marta, la encargada del comedor, explicó a C5N cómo se ha incrementado la cantidad de jubilados que buscan ayuda para alimentarse. «Cada vez más jubilados vienen a pedir un plato de comida. Es triste ver cómo, después de trabajar toda su vida, terminan dependiendo de un comedor», expresó con frustración. Marta detalló que muchos de estos jubilados cobran la jubilación mínima de $230 mil, pero los altos costos de los medicamentos y la inflación los dejan sin opciones.

Durante una reciente manifestación frente al Congreso, donde se ratificó el veto presidencial a la nueva fórmula previsional, la policía reprimió a los jubilados, lo que generó indignación y un fuerte rechazo social. «Es angustiante ver cómo golpean a los mayores. ¿Es justo que después de una vida de trabajo tengan que enfrentarse a esta realidad?», cuestionó Marta.

Martina, una jubilada que asiste regularmente al comedor, contó su experiencia: «El sueldo que nos da el Gobierno no nos alcanza para nada. Entre comprar remedios o comida, siempre falta algo. Hace años que trabajé esperando una vejez digna, pero ahora tengo que venir aquí para poder comer una vez al día».

Además, Martina expresó la preocupación compartida por muchos adultos mayores: «No es solo la falta de dinero, es la pérdida de dignidad. Se siente como si estuviéramos quitándole la comida a los niños, pero no nos queda otra opción. Es una situación desesperante».

La respuesta del Gobierno sigue siendo insuficiente. Según Marta, los representantes de comedores fueron recibidos por el Ministerio de Capital Humano, pero las soluciones no llegan. «Nos dicen que no saben qué hacer con nosotros», lamentó. Para muchos, como Martina y otros jubilados, la indignación es profunda: «El Presidente no entiende nuestra realidad. No valora a los pobres ni a los mayores. Si pudiera, le diría que se vaya, porque así no se puede vivir».

La situación de los jubilados que acuden a comedores comunitarios es un reflejo de la grave crisis económica que atraviesa el país. Mientras el Gobierno se mantiene inflexible en sus políticas, la vida cotidiana de los adultos mayores se torna cada vez más precaria. La necesidad de una respuesta urgente y efectiva se hace cada vez más evidente, no solo para los jubilados, sino para toda la comunidad que los acompaña. Con información de c5n