La tuberculosis resurge entre la clase media: un problema de salud agravado por la pobreza

Los casos de tuberculosis aumentan en Argentina, impulsados por el deterioro de las condiciones socioeconómicas. En 2023 se notificaron casi 15 mil contagios, y los expertos advierten que la pobreza y el hacinamiento están acelerando la propagación de la enfermedad, que ahora también afecta a la clase media.

El aumento de la pobreza en Argentina está vinculado al resurgimiento de la tuberculosis, una enfermedad que afecta principalmente a los sectores más vulnerables, pero que también amenaza a la clase media. En 2023, se notificaron casi 15 mil casos de tuberculosis en el país, y los especialistas advierten sobre los efectos del hacinamiento y la malnutrición en la propagación de esta enfermedad.

El caso reciente de un trabajador administrativo en el Registro Nacional de las Personas (Renaper) que contrajo tuberculosis y generó el aislamiento de una veintena de personas, reavivó la preocupación por esta infección, que muchos creían erradicada. Un grupo de neumonólogos e infectólogos señaló que la incidencia de la enfermedad no es un hecho aislado, y que los contagios han ido en aumento en todo el país.

Según el último boletín del Ministerio de Salud, en 2023 se confirmaron 14.914 infecciones de tuberculosis, un incremento del 11% respecto al año anterior. La tasa de notificación ascendió a 32 casos por cada 100 mil habitantes, con el 83,5% de las infecciones correspondientes a tuberculosis pulmonar. En 2022, la enfermedad causó 733 muertes, con la provincia de Buenos Aires, Salta y la Ciudad de Buenos Aires como las áreas más afectadas.

Aunque los datos nacionales de 2024 aún no se han publicado, ya se han registrado 778 casos en la Ciudad de Buenos Aires hasta la semana 32, y 2.593 en la provincia de Buenos Aires hasta la semana 30. A nivel global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que en 2022 murieron aproximadamente 1.300.000 personas por tuberculosis, de las cuales 167.000 también tenían VIH.

El infectólogo Hugo Pizzi explicó que la pandemia de Covid-19 desvió la atención de muchas enfermedades crónicas, incluyendo la tuberculosis. «Hay mucha gente que dejó de atenderse en hospitales y centros de salud durante la pandemia, y ahora estamos viendo el impacto de eso,» señaló. Pizzi también destacó que la pobreza y el hacinamiento son factores determinantes en el aumento de los casos de tuberculosis, ya que estas condiciones favorecen la transmisión de la enfermedad.

Los especialistas también subrayan la importancia de adherirse al tratamiento completo para evitar recaídas y la aparición de resistencia a los medicamentos. El prolongado tratamiento de la tuberculosis, que puede durar hasta seis meses, a menudo conduce a que los pacientes lo abandonen, agravando así el problema de salud pública.

Para combatir esta amenaza, es esencial un enfoque integral que incluya mejoras en las condiciones de vida, una mayor concienciación sobre la enfermedad y el fortalecimiento de los programas de vacunación y diagnóstico precoz, especialmente entre los sectores más afectados por la crisis económica.