Nuevo aumento en la nafta y el gasoil se suma a la seguidilla de incrementos
Las petroleras confirmaron un aumento del 3% en combustibles a partir de septiembre, acumulando un alza superior al 85% en lo que va del año.
Los precios de la nafta y el gasoil volverán a subir un 3% en septiembre, según lo anunciado por las principales petroleras del país. Este incremento, que se aplica a nivel nacional, se suma a una serie de aumentos que han golpeado el bolsillo de los consumidores en los últimos meses. A partir de este ajuste, los precios en Capital Federal alcanzarán los $1.190,10 para la nafta súper y $1.347,60 para el gasoil.
El incremento en los combustibles responde a la inflación y la devaluación del peso, que han obligado a las petroleras a ajustar sus tarifas periódicamente. Desde principios de año, los precios de los combustibles han aumentado más de un 85%, generando preocupación en la ciudadanía y en los sectores productivos que dependen de estos insumos.
Además del ajuste habitual por parte de las petroleras, la posibilidad de que el Gobierno oficialice en septiembre el aumento del impuesto al combustible líquido (ICL) y al dióxido de carbono (IDC) podría generar un impacto aún mayor en los precios. Según estimaciones privadas, de implementarse este aumento, la nafta podría subir un 19,95% y el gasoil un 9,86%, encareciendo considerablemente el costo de vida.
El aumento de septiembre llega tras un tarifazo en agosto que elevó los precios en un 5,4% y dejó el litro de nafta súper en $992 y el de gasoil en $1.032. La seguidilla de aumentos no solo afecta a los combustibles, sino que septiembre también traerá subas en alquileres, prepagas, y servicios públicos como luz, gas y agua. A esto se suma la incertidumbre sobre las tarifas del transporte público, que podrían verse afectadas por la disputa entre las administraciones de Ciudad, Provincia de Buenos Aires y Nación respecto a los subsidios.
Con el nuevo ajuste en los combustibles, sumado a otros incrementos previstos para septiembre, la situación económica se torna cada vez más compleja para los ciudadanos. El impacto en los bolsillos será significativo, mientras el Gobierno y las petroleras buscan equilibrar las variables económicas en un contexto de alta inflación y volatilidad cambiaria. La pregunta que queda en el aire es cuánto más podrán soportar los consumidores estos incrementos constantes en los precios.