La industria pyme sufre una contracción del 17,8% en julio, marcando el octavo mes consecutivo de caídas

La producción manufacturera de las pymes en Argentina sigue en declive, acumulando una caída del 18,6% en los primeros siete meses del año. Sectores clave, como químicos, plásticos y papel, enfrentan graves dificultades en un contexto de alta inflación y bajos niveles de demanda interna.

La industria pyme argentina continúa en una preocupante tendencia descendente, con una contracción del 17,8% en julio en comparación con el mismo mes del año pasado, según el último informe del Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Esta cifra marca el octavo mes consecutivo de caída, reflejando la compleja situación que enfrentan las pequeñas y medianas empresas del país, impactadas por la pérdida del poder adquisitivo, las dificultades en el acceso al financiamiento y los altos costos operativos.

El informe de CAME revela que la producción industrial pyme no solo se desplomó en la comparación anual, sino que también mostró un retroceso del 1,8% respecto a junio en términos desestacionalizados. Durante julio, las pymes operaron con solo el 60,6% de su capacidad instalada, un leve aumento en comparación con el 60,1% registrado en junio, pero aún por debajo de los niveles necesarios para sostener una producción eficiente y rentable.

Entre los sectores más afectados se encuentran los productos químicos y plásticos, que registraron una caída anual del 27,5%, seguido por el sector de papel e impresiones, con una contracción del 26,9%, y el de metal, maquinaria y equipo, que disminuyó un 18,2%. Estos sectores, junto con alimentos y bebidas, textiles e indumentaria, y maderas y muebles, han experimentado caídas significativas a lo largo de los primeros siete meses del año, acumulando un retroceso general del 18,6% en comparación con el mismo período de 2023.

El sector de alimentos y bebidas, tradicionalmente más resistente a las fluctuaciones económicas, no ha sido inmune a la crisis, registrando una baja del 14,9% anual en julio y una acumulada del 17% en lo que va del año. Las empresas del sector operaron con un 61,6% de su capacidad instalada, un nivel preocupantemente bajo, y el 24,4% de las mismas reportó dificultades para pagar salarios.

En el caso de textiles e indumentaria, la producción se contrajo un 5,2% en julio en términos anuales y un 4% respecto a junio, con un promedio de utilización de la capacidad instalada del 60,9%. Mientras tanto, el sector de maderas y muebles vio una disminución del 16,9% anual, acumulando una baja del 17,9% en los primeros siete meses del año.

La difícil situación que atraviesan las pymes argentinas exige una respuesta urgente en términos de políticas públicas. La reducción de la carga fiscal y la creación de incentivos para la demanda interna y la contratación de personal son algunas de las medidas más solicitadas por los empresarios. Sin embargo, la persistente falta de ventas y los elevados costos de producción y logística continúan siendo los principales obstáculos para la recuperación del sector. Sin un cambio significativo en el entorno económico, el panorama para las pymes argentinas seguirá siendo sombrío en los próximos meses.