La crisis económica profundiza el descenso en el consumo de carne bovina generando un deterioro de la dieta argentina
La drástica caída en el consumo de carne bovina durante el primer semestre del año expone las consecuencias de la crisis económica en la alimentación de los argentinos, quienes cada vez acceden menos a proteínas de calidad.
Durante el primer semestre de 2024, el consumo de carne bovina en Argentina registró una caída histórica del 18%, lo que ha generado preocupación entre expertos y autoridades del sector. Esta disminución en el consumo no solo afecta la industria cárnica, sino que también revela un cambio significativo en la dieta de los argentinos, quienes han comenzado a sustituir la proteína animal por otros alimentos menos costosos. El exsecretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo, señaló que este fenómeno podría tener consecuencias a largo plazo en la salud y el bienestar de la población.
La caída en el consumo de carne bovina, que en junio se situó en 42,5 kilos por habitante al año, contrasta fuertemente con los 58 kilos que se consumían en el mismo mes del año anterior. Esta disminución del 18% se suma a una baja del 10% en la faena y producción de carne, lo que evidencia un deterioro en el sector. A pesar de que las exportaciones crecieron un 12% en volumen, la caída de los precios internacionales limitó el ingreso de divisas a un aumento de apenas el 0,1%.
El exsecretario Bahillo advirtió que esta reducción en el consumo de carne bovina no solo refleja la situación económica del país, sino también un cambio en los hábitos alimentarios de los argentinos. Según el exfuncionario, la disminución en el consumo de proteínas animales está siendo reemplazada por un aumento en el consumo de carbohidratos, lo que podría afectar la calidad de la dieta y la salud de la población a largo plazo.
Además de la carne bovina, el consumo de carne aviar también registró una caída del 2,6% en el primer semestre, situándose en 45 kilos por habitante al año. Si se suman las cifras de consumo de carne bovina, aviar y porcina, el total de proteínas animales consumidas al 30 de junio de 2024 asciende a 103 kilos por habitante al año, una cifra inferior a los 112 kilos registrados al cierre de 2023.
De cara al futuro, Bahillo subrayó que, debido a los cambios en los hábitos de vida y las pautas de consumo de las nuevas generaciones, es improbable que Argentina vuelva a registrar los niveles de consumo de carne bovina de décadas pasadas, cuando se alcanzaban los 80 kilos por habitante al año. Sin embargo, el exfuncionario destacó la importancia de mantener un consumo adecuado de proteínas animales para garantizar una dieta balanceada y propuso mejorar el ingreso de los trabajadores y jubilados para que las familias argentinas puedan seguir accediendo a una alimentación saludable.