Recortes en infancia: el presupuesto más bajo en 20 años

El gobierno de Javier Milei disminuyó un 18% los recursos destinados a la infancia, afectando programas esenciales en un contexto de creciente pobreza infantil.

En un año marcado por la pobreza creciente y la desigualdad, el gobierno de Javier Milei ha realizado drásticos recortes en el presupuesto destinado a la infancia, justo en vísperas del Día de las Infancias. Este ajuste representa la menor asignación de recursos en las últimas dos décadas, afectando directamente a los sectores más vulnerables.

El recorte del 18% en el presupuesto destinado a programas infantiles y juveniles ha generado una profunda preocupación entre organizaciones sociales y expertos en derechos humanos. La Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) alertó sobre esta situación en su informe «Menos presupuesto para infancias cada vez más pobres», señalando que la asignación de recursos para 2024 es la más baja desde 2004. Este ajuste impacta directamente en programas clave como la Tarjeta Alimentar, políticas educativas y la obra pública orientada a la infancia.

La Tarjeta Alimentar, un programa crucial para la seguridad alimentaria de familias con niños y niñas de hasta 14 años, ha sufrido una reducción del 20% respecto al año anterior. Este recorte es alarmante considerando que, según datos recientes de UNICEF y la UCA, 1.5 millones de niños y niñas en Argentina se acuestan sin haber comido lo suficiente, y un 62.9% de los adolescentes viven en situación de pobreza.

Los recortes también afectan gravemente a la educación. Programas esenciales como la Educación Sexual Integral, la Gestión del Nivel Inicial y Secundario, y la Reinserción Escolar no han recibido financiamiento en lo que va del año. Además, las becas Progresar, vitales para estudiantes de bajos recursos, han visto una disminución del 54.7% en su presupuesto, mientras que la construcción de jardines infantiles y la infraestructura escolar han sido reducidas en un 43% y 63.5%, respectivamente.

La Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, responsable de la promoción de los derechos de los niños y adolescentes, también enfrenta una situación crítica, con una asignación presupuestaria un 32% menor que el año pasado. Este desfinanciamiento afecta directamente la capacidad del Estado para proteger y garantizar los derechos de los sectores más vulnerables.

En un contexto de creciente pobreza infantil y desigualdad, estos recortes reflejan una política de ajuste que prioriza el superávit fiscal sobre las necesidades básicas de los niños y adolescentes. Las consecuencias de estas decisiones podrían ser devastadoras para una generación que ya enfrenta múltiples desafíos, exacerbando la crisis social y económica en Argentina.