Aumento del costo de vida: una familia necesita más de $900.000 para no ser pobre

En julio, el costo de la Canasta Básica Total superó los $900.000, reflejando el impacto de la inflación y la presión sobre los salarios en Argentina.

El costo de vida en Argentina sigue escalando a niveles alarmantes. Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), una familia tipo de cuatro integrantes necesitó en julio más de $900.000 para no caer en la pobreza. Este aumento, divulgado en paralelo con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del mismo mes, que mostró una inflación del 4%, subraya la constante erosión del poder adquisitivo en el país.

El informe del INDEC reveló que la Canasta Básica Total (CBT), que mide el umbral de pobreza, alcanzó los $900.647,65 en julio, lo que representa un incremento del 3,1% respecto al mes anterior. En términos interanuales, este indicador muestra una variación del 261,8%, lo que refleja la magnitud de la crisis inflacionaria que atraviesa Argentina.

El aumento de la CBT no solo pone en evidencia la presión sobre los ingresos familiares, sino también la dificultad creciente para mantener un nivel de vida digno. La situación es aún más crítica al considerar los ingresos necesarios para no ser indigente, que se ubicaron en $405.697, una cifra también alarmante que refleja el costo mínimo para cubrir las necesidades alimentarias básicas.

Paralelamente, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide el umbral de indigencia, registró un incremento similar del 3,1% en comparación con junio y una variación interanual del 263,4%. Este índice, que se centra en los productos alimenticios esenciales, destaca la acelerada alza de precios en alimentos, un componente clave del presupuesto de las familias argentinas.

El contexto económico que enfrenta el país ha puesto en evidencia la insuficiencia de los ingresos de una amplia mayoría de los hogares. Con salarios que no logran seguir el ritmo de la inflación, muchas familias se ven obligadas a hacer ajustes significativos en su consumo, priorizando la subsistencia sobre otros aspectos de la vida cotidiana.