El declive del empleo privado en Argentina: menos puestos de trabajo registrado

El empleo asalariado en el sector privado argentino muestra un preocupante estancamiento, con una notable disminución en la generación de puestos de trabajo registrados desde 2012.

En los últimos años, la estructura del empleo en Argentina ha evidenciado un marcado deterioro en el sector privado. Mientras el desempleo general ha disminuido, la cantidad de trabajos asalariados registrados en empresas privadas se ha estancado y muestra una tendencia a la baja. Esta situación plantea serios desafíos para la economía del país y el bienestar de sus trabajadores.

Un análisis detallado de la estructura del empleo en Argentina revela que el sector asalariado registrado del ámbito privado ha permanecido estancado en torno a los 6 millones de personas. Según datos de la consultora PwC, los puestos de trabajo en este sector representaban el 55,1% del empleo registrado en 2012, pero cayeron al 47,6% en el primer trimestre de 2024. Este descenso refleja una disminución significativa en la capacidad del sector privado para generar empleo formal.

El panorama se complica aún más al considerar el contexto económico reciente. Tras el impacto de la pandemia de COVID-19, el desempleo en Argentina alcanzó un pico del 13,1% en el segundo trimestre de 2020 debido a las severas restricciones y la caída del 18,9% en la actividad económica interanual. A pesar de que el desempleo ha mostrado una tendencia a la baja, alcanzando un mínimo histórico del 5,7% en el cuarto trimestre de 2023, la calidad y la estabilidad del empleo generado han sido motivo de preocupación.

La disminución de los empleos asalariados en el sector privado se contrapone con el crecimiento del trabajo independiente y del empleo público. El trabajo independiente, incluyendo monotributistas y monotributistas sociales, pasó del 13,8% en 2012 al 20,2% en 2024. Paralelamente, el empleo público también incrementó su participación, del 23,8% al 25,8% en el mismo período. Esta tendencia sugiere un desplazamiento del empleo formal privado hacia formas de empleo menos estables y, en muchos casos, menos protegidas.

El estancamiento del empleo privado registrado no solo afecta a los trabajadores actuales, sino que también tiene implicaciones para el futuro económico del país. En 2012, el promedio de asalariados registrados en el sector privado era de 6.063.270 personas, cifra que aumentó marginalmente a 6.364.101 en 2023. Esta tasa de crecimiento anual compuesto del 0,4% es considerablemente inferior al crecimiento de la población, que fue del 0,9% en el mismo período. Esta discrepancia indica un retroceso en la proporción de empleo formal disponible en relación con la población total.

Durante el primer trimestre de 2024, el número de personas con trabajo registrado, que incluye empleo asalariado en el sector público y privado, empleo en casas particulares y trabajo independiente, cayó un 0,5% en términos desestacionalizados respecto del trimestre anterior. Esta caída refleja un estancamiento persistente que sigue afectando la estructura laboral del país.