Crisis en el sector lácteo: cierre de tambos y disminución del consumo de leche

El sector lácteo en Argentina enfrenta una crisis significativa que se manifiesta en el cierre de tambos, despidos masivos y una alarmante caída en el consumo de leche. Esta problemática se ha visto agravada por las políticas económicas aplicadas por el gobierno de Javier Milei, orientadas a combatir la inflación a través de medidas recesivas.

En medio de un escenario económico complejo, donde el gobierno celebra una reducción en la brecha cambiaria, la realidad muestra una contracción en áreas esenciales para la población, como el acceso a alimentos básicos. La industria láctea es una de las más afectadas, con el cierre de aproximadamente 10 mil tambos y la pérdida de alrededor de 80 mil empleos.

Según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), las ventas de productos lácteos registraron en mayo una caída del 11,4% en volumen y del 11,3% en litros de leche equivalentes en comparación con el mismo periodo del año anterior. Además, el consumo interno ha disminuido un 16% en volumen, con un promedio diario de consumo 13,7% menor que hace un año.

La producción láctea ha experimentado una caída sostenida durante la primera mitad del año. Los primeros cinco meses de 2024 muestran una disminución del 13,7% en comparación con el mismo periodo de 2023, alcanzando los niveles más bajos en los últimos cinco años. Aunque en algunas regiones se ha observado una leve mejoría con la llegada del clima más frío y seco, se espera que esta situación pueda revertirse gradualmente hacia finales del año, alcanzando valores menos negativos entre agosto y septiembre.

El OCLA ha señalado que, tradicionalmente, el último cuatrimestre del año representa aproximadamente el 38% de la producción anual de leche, lo que podría ofrecer un respiro a la industria si las condiciones mejoran.

El consumo doméstico de productos lácteos ha caído un 16% en volumen y un 13,2% en litros de leche equivalentes en los primeros cinco meses del año. Al comparar estos datos con el mismo periodo de 2023, corregidos por la cantidad de días, se observa una caída del 18% en el consumo total y del 20% en el consumo per cápita.

Esta tendencia negativa afecta especialmente a los productos de mayor valor agregado, como los quesos de pasta blanda, quesos rallados, leches saborizadas, yogures, flanes y postres. Estos productos, que suelen ser consumidos por el sector medio de la población, han visto una disminución en la demanda debido al aumento de precios y la disminución del poder adquisitivo.

La crisis del sector lácteo argentino es un reflejo de las tensiones económicas más amplias que enfrenta el país. Las políticas recesivas destinadas a controlar la inflación han tenido un impacto adverso en la producción y el consumo de alimentos esenciales. Es crucial que se implementen medidas que no solo estabilicen la economía, sino que también protejan a sectores vitales como el lácteo, garantizando así la seguridad alimentaria y el empleo para miles de familias argentinas.

El futuro de la industria láctea dependerá de la capacidad de adaptarse a las condiciones cambiantes y de las decisiones políticas que se tomen en los próximos meses. Mientras tanto, los productores, trabajadores y consumidores continúan enfrentando los desafíos diarios de una crisis que afecta no solo a la economía, sino también a la salud y bienestar de la población.