La inflación de los trabajadores alcanzó el 5,1% en junio

La situación pone en jaque el poder adquisitivo y augura un incremento en la pobreza y la indigencia.

En medio de una creciente crisis económica, la inflación de los trabajadores registró un preocupante aumento del 5,1% en junio, acumulando un 88,3% en lo que va del año. Según el Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo y el Centro para la Concertación y el Desarrollo, la variación interanual alcanza el 282,7%. Este escenario pone en riesgo la estabilidad financiera de las familias argentinas y amenaza con aumentar los índices de pobreza e indigencia.

El incremento de la inflación en el segmento de los trabajadores, medido a partir de los consumos específicos de este grupo social, refleja una situación alarmante. Desde mayo, la inflación de junio aceleró 0,4 puntos, marcando una tendencia ascendente preocupante. El informe del IET señala que en los primeros seis meses de 2024, la inflación acumula un 88,3%, mientras que la variación interanual se sitúa en un 282,7%.

La situación se agrava debido a la tensión cambiaria que experimenta el gobierno desde su asunción en diciembre de 2023. La brecha cambiaria, el atraso cambiario y la falta de acumulación de reservas internacionales por parte del Banco Central de la República Argentina (BCRA) complican la posibilidad de una salida ordenada del cepo cambiario. Este contexto genera expectativas de una nueva devaluación que podría golpear duramente el bolsillo de los trabajadores.

Un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) advierte que la brecha cambiaria se encuentra en su valor más elevado desde la asunción del gobierno y que el atraso cambiario es el más alto en los últimos diez años. Una corrección en los precios del dólar derivaría en un nuevo impulso al alza de los precios, afectando aún más a la economía de los hogares.

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Impacto de la inflación en diversos sectores

La inflación de junio estuvo impulsada principalmente por el aumento en Vivienda (10,7%), debido a las subas en electricidad y gas. Otros sectores afectados incluyen Transporte (5,1%), con incrementos en subte y naftas; Comunicaciones (4,5%); Educación (4,4%); Recreación y cultura (3,7%); Equipamiento del hogar (3,3%); Indumentaria y calzado (3,1%); Alimentos y bebidas (3%); y Salud (2,2%).

El ingreso per cápita familiar de los hogares se contrajo un 15,1% interanual en el primer trimestre de 2024, con todos los estratos de ingreso perdiendo frente a la inflación. Esta tendencia augura una notable suba de la pobreza y la indigencia cuando el INDEC publique las mediciones en septiembre. Las caídas fueron más profundas en los estratos más pobres: en el decil 1, el poder adquisitivo cayó un 26,1% interanual, mientras que en el decil 10, un 11,3%. Esto ha resultado en un incremento de la desigualdad, alcanzando su mayor nivel desde 2008.

Factores Adicionales y Perspectivas Futuras

La situación se asocia estrechamente con los ingresos laborales, que representan más del 75% de los ingresos familiares. Los ingresos laborales reales del 10% más pobre se contrajeron un 31,9%, mientras que en el 20% de mayores ingresos la caída fue de un dígito. Según el IET, esto se debe a que la recesión afecta proporcionalmente más a los trabajadores menos calificados, sujetos a trabajos precarios y con alta volatilidad en las horas trabajadas.

El coordinador del IET, Fabián Amico, destaca que la combinación del ancla cambiaria del dólar oficial con una inflación internacional en bienes relacionados con el costo interno de los alimentos condujo en junio a una baja inflación de alimentos. Sin embargo, los ajustes de tarifas de electricidad y gas, sumados a otros servicios como Comunicaciones y Educación, resultaron en una nueva aceleración de la inflación mensual.

El panorama inflacionario en Argentina, especialmente para los trabajadores, pinta un futuro incierto y preocupante. La necesidad de medidas efectivas para controlar la inflación y proteger el poder adquisitivo es urgente. Sin una intervención adecuada, los sectores más vulnerables seguirán siendo los más afectados, profundizando la crisis social y económica en el país.