Crisis en la producción de acero: un golpe a la industria nacional

La industria del acero enfrenta una caída histórica, con suspensiones y paralizaciones en plantas clave.

En un contexto económico desafiante, la producción de acero crudo en Argentina sigue en declive, afectando gravemente a las principales plantas del país. Durante los primeros cinco meses del año, la producción ha disminuido casi un 30%, provocando suspensiones y paralizaciones en empresas clave como Acindar.

La producción de acero crudo en Argentina durante mayo registró una caída significativa, con un total de 312.100 toneladas, lo que representa un descenso del 1,5% en comparación con abril (316.900 toneladas) y una disminución interanual del 29,4% en comparación con mayo del año pasado. Estos números reflejan una tendencia preocupante para la industria siderúrgica nacional, que lucha por mantenerse a flote en medio de un escenario económico desfavorable.

Indicadores en rojo

El sector ha mostrado pocos signos de recuperación. Aunque la industria de la construcción registró un aumento del 18,7% en los despachos de cemento en mayo en comparación con abril, este crecimiento no ha sido suficiente para contrarrestar la caída en la producción de acero. En cuanto a los laminados, se produjeron 250.100 toneladas en mayo, un 12,5% menos que en abril y una disminución del 40,9% respecto al mismo mes del año anterior.

Desglosando los datos, la producción de hierro primario fue un 6% menos que en abril y un 14,9% menos que en mayo de 2023. La producción total de laminados terminados en caliente disminuyó un 12,5% en mayo comparado con abril, y un 40,9% en comparación con mayo del año pasado. Los planos laminados en frío mostraron una leve recuperación del 0,1% respecto a abril, pero aún representan una caída del 21,2% interanual.

Retroceso industrial

La actividad industrial pyme también ha sufrido un retroceso significativo, con una caída del 19% interanual en mayo y una acumulación de una retracción del 19,1% en los primeros cinco meses del año, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Este es el séptimo descenso consecutivo y el tercer registro que muestra una profundización de la merma, superando incluso los datos del mes previo.

El desplome en la producción de acero no es un fenómeno aislado; refleja un retroceso más amplio en la industria nacional, que enfrenta desafíos estructurales y económicos profundos. La caída del 30% interanual en enero había mostrado una leve atenuación en febrero con un descenso del 9,9%, pero volvió a acelerarse en marzo (11,9%) y abril (18,3%).

Impacto en plantas clave

El impacto de la crisis en la producción de acero se ha sentido fuertemente en plantas clave a lo largo del país. Acindar, una de las mayores productoras de acero en Argentina, ha tenido que paralizar su planta en Villa Constitución, Santa Fe, durante tres semanas debido a la caída en las ventas. Además, la empresa ha acordado con los trabajadores un plan de suspensiones hasta fin de año, permitiendo desobligar a los empleados por quince días al mes.

Esta no es la primera vez que Acindar detiene sus operaciones. En marzo, la planta de Villa Constitución también fue paralizada, y desde el 18 de junio se han suspendido actividades en diversos sectores. Normalmente, Acindar produce 1.200.000 toneladas de acero al año, pero debido a la caída en las ventas provocada por la suspensión de la obra pública y el deterioro salarial en el sector privado, ahora prevé fabricar solo 600.000 toneladas.

Perspectivas y desafíos

El futuro de la industria siderúrgica en Argentina se presenta incierto. La recuperación económica es esencial para revitalizar la producción de acero, pero los desafíos estructurales, la falta de inversión en infraestructura y las políticas económicas fluctuantes complican el panorama.

Para revertir esta tendencia negativa, será crucial implementar medidas de estímulo económico, fomentar la inversión en infraestructura y desarrollar políticas de apoyo a la industria nacional. Solo así se podrá reactivar la producción de acero y, con ello, proteger miles de empleos y garantizar la estabilidad de una industria clave para el desarrollo del país.

Mientras tanto, las empresas y los trabajadores del sector siderúrgico deberán navegar en aguas turbulentas, adaptándose a un entorno en constante cambio y enfrentando desafíos económicos y estructurales significativos. La resiliencia y la capacidad de innovación serán fundamentales para superar esta crisis y asegurar un futuro más próspero para la industria del acero en Argentina.