Industria farmacéutica: ¿venden menos, pero ganan más?
La paradoja del mercado farmacéutico: beneficios desorbitados en medio de la crisis económica.
Mientras la mayoría de los sectores económicos luchan por sobrevivir en una economía en crisis, la industria farmacéutica ha logrado un incremento significativo en su facturación durante el primer trimestre de 2024, superando ampliamente la inflación. Sin embargo, este crecimiento no proviene de un aumento en las ventas, sino de una estrategia de precios agresiva que ha permitido al sector maximizar sus ganancias a pesar de la disminución en la cantidad de unidades vendidas.
En el primer trimestre de 2024, la facturación total de la industria farmacéutica en Argentina alcanzó 1.381.990,1 millones de pesos, lo que representa un incremento del 361,7% en comparación con el mismo periodo del año anterior, según un reporte oficial. Este incremento es notablemente superior a la inflación registrada en el mismo periodo, que fue de 287,9%, mostrando una diferencia de 73,8 puntos porcentuales.
El informe revela que este aumento en la facturación se debe principalmente a la brutal subida de precios de los medicamentos impulsada por el gobierno de Javier Milei. Mientras que la producción nacional registró un incremento del 339,5% en su facturación, la reventa local de productos importados aumentó un 413,4%. Dentro de la producción nacional, las ventas al mercado interno subieron un 319,7%, mientras que las exportaciones experimentaron un asombroso incremento del 534,9%.
Pese a estos números impresionantes, la realidad de las ventas cuenta una historia diferente. Según el índice de Ventas Minoristas Pymes elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, las ventas en farmacias se desplomaron un 21,9% a precios constantes en marzo de 2024 en comparación con el año anterior. El Centro de Profesionales Farmacéuticos reportó una caída en las compras del 18,5% en febrero, lo que equivale a 11.500.000 unidades menos vendidas. Los medicamentos recetados, en particular, sufrieron una caída del 17%, lo que representa una disminución de 8.050.000 unidades.
El informe indica que esta disminución en las unidades vendidas se traduce en tratamientos que los pacientes dejaron de comprar, principalmente debido a los elevados precios. Las farmacias testigo reportaron una caída del 25% en la compra de medicamentos medida en pesos, sugiriendo que los consumidores están optando por marcas más económicas o alternativas. Este fenómeno ha sido especialmente notable tras la victoria de Javier Milei, cuando los precios de los medicamentos más utilizados por las personas mayores comenzaron a subir significativamente.
De acuerdo con el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), los medicamentos de uso común por las personas mayores aumentaron sus precios un 166,9% en un período de siete meses, muy por encima de la inflación del 143,2% del mismo periodo. En mayo de 2024, la canasta de medicamentos registró un aumento generalizado del 3,8%, con algunos productos aumentando hasta un 27,62% mensualmente. En el análisis interanual, los diez medicamentos que más subieron de precio tuvieron un incremento promedio del 427%.
Entre los medicamentos de mayor facturación se destacan aquellos que actúan sobre el aparato digestivo y metabolismo, con 257.459,4 millones de pesos, seguidos por los antineoplásicos e inmunomoduladores, y los medicamentos para el aparato cardiovascular y el sistema nervioso.
En este contexto, los precios con cobertura de PAMI son esenciales para el bienestar económico de las personas mayores. Los datos revelan que los medicamentos con cobertura de PAMI acumularon un aumento del 186% desde noviembre, con incrementos mensuales considerables.
La paradoja de la industria farmacéutica en Argentina muestra un sector que, a pesar de vender menos en términos de unidades, logra aumentar significativamente su facturación a través de estrategias de precios. Esta situación plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de estas prácticas y el impacto a largo plazo en la accesibilidad de medicamentos esenciales para la población, especialmente para los sectores más vulnerables como los jubilados y pensionados.