La indigencia se duplica en los primeros seis meses de gestión de Milei
Un informe de la UCA revela que la indigencia en Argentina se ha duplicado, alcanzando el 18%. Más de 7,8 millones de personas están en situación de pobreza extrema, mientras que la pobreza general afecta al 55,5% de la población.
En menos de seis meses, la gestión del presidente Javier Milei ha sido testigo de un preocupante aumento en los niveles de indigencia y pobreza en Argentina. Un reciente informe de la Universidad Católica Argentina (UCA) muestra que la indigencia se ha duplicado, afectando ahora al 18% de la población, lo que representa a más de 7,8 millones de personas en estado de pobreza extrema. Esta situación ha generado una crisis social y política sin precedentes en el país.
Un reciente estudio del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA revela cifras alarmantes sobre la situación económica en el país. Eduardo Donza, investigador del observatorio, expresó su preocupación ante la grave situación alimentaria que atraviesan los argentinos. “Lamentablemente, tenemos que decir que 1 de cada 4 personas en Argentina sufre inseguridad alimentaria total. Esto es aún más triste cuando lo llevamos a niños y adolescentes menores de 18 años, donde aumenta al 32%”, indicó Donza.
La medición de la indigencia se basa en la capacidad de un hogar para cubrir el costo de la canasta básica alimentaria, determinada por el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Bajo esta métrica, cerca de 8 millones de personas no pueden acceder a una dieta adecuada en calorías y proteínas, lo que refleja un deterioro significativo en la calidad de vida de una gran parte de la población.
Este panorama se agrava con el escándalo reciente relacionado con la falta de entrega de alimentos por parte del Ministerio de Capital Humano. La crisis ha provocado despidos y dimisiones, poniendo en jaque a la ministra Sandra Pettovello tras dos fallos judiciales favorables a las organizaciones sociales lideradas por Juan Grabois. La falta de alimentos ha exacerbado la situación de indigencia y ha llevado a una crisis política dentro del gobierno.
La respuesta de las organizaciones de la sociedad civil ha sido rápida. Por primera vez, la Catedral Metropolitana de Buenos Aires ofrece cenas diarias para más de 200 personas sin hogar. Carlos Tissera, presidente de Cáritas y obispo de Quilmes, calificó la situación como “una vergüenza”. Este tipo de asistencia refleja la gravedad de la crisis y la necesidad urgente de soluciones efectivas.
Además de la indigencia, el informe de la UCA también destaca un preocupante aumento en la pobreza general. El índice de pobreza ha ascendido más del 10% desde el último trimestre de 2023, llegando al 55,5% en el primer trimestre de este año. Esto significa que más de 6 millones de trabajadores, a pesar de ser parte del sector formal, viven en la pobreza, evidenciando la insuficiencia de los ingresos laborales para cubrir las necesidades básicas.
Los expertos señalan que este deterioro no solo es consecuencia del ajuste económico implementado por el gobierno de Milei, sino también de una marcada reducción en las oportunidades de empleo, vivienda y educación, sumado a la falta de asistencia estatal adecuada. La combinación de estos factores ha creado un entorno económico y social extremadamente desafiante para millones de argentinos.
El informe también subraya que el 50% de los niños en Argentina asisten a comedores escolares, mientras que casi el 37% recibe alimentos y bienes a través de bolsones en centros comunitarios. La deserción escolar en adolescentes ha aumentado al 6%, y la tasa de finalización educativa es apenas del 13%. Estos datos reflejan un panorama desolador para el futuro del país, donde la educación y la seguridad alimentaria se ven gravemente comprometidas.
La situación de indigencia y pobreza en Argentina ha alcanzado niveles críticos en los primeros seis meses de la administración de Javier Milei. El informe de la UCA destaca la urgencia de implementar políticas efectivas para revertir esta tendencia y proporcionar asistencia adecuada a las millones de personas afectadas. Mientras tanto, la sociedad civil y las organizaciones comunitarias continúan desempeñando un papel crucial en la asistencia a los más necesitados. La gravedad de la crisis exige una respuesta inmediata y coordinada para evitar un mayor deterioro de la situación económica y social del país.