Fuerte aumento en las tarifas de luz para el AMBA
El ENRE oficializa incrementos superiores al 100% para los usuarios de Edenor y Edesur, afectando significativamente a los hogares de ingresos bajos y medios.
Desde este mes, los usuarios de Edenor y Edesur en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) enfrentan un nuevo y considerable incremento en las tarifas de electricidad. El Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) ha implementado nuevos cuadros tarifarios retroactivos al 1 de junio, que resultan en aumentos superiores al 100% para distintos niveles de ingresos. La medida, publicada en el Boletín Oficial, se presenta como parte de un ajuste tarifario de «transición» que debe ser aplicado por las distribuidoras.
De acuerdo con el ENRE, los usuarios clasificados como R-Nivel 1 (de altos ingresos) verán un incremento promedio del 20% en sus facturas antes de impuestos en comparación con los valores vigentes hasta mayo. Los usuarios R-Nivel 2 (de bajos ingresos) experimentarán un aumento promedio del 93%, mientras que aquellos en el R-Nivel 3 (ingresos medios) enfrentarán un alza del 130%. Estos aumentos reflejan la eliminación gradual de los subsidios y el ajuste de precios a los costos reales de generación y distribución de energía.
Además de esta medida del ENRE, la Secretaría de Energía también estableció recientemente nuevos precios de referencia para la potencia (POTREF) y el precio estabilizado de la energía (PEE) en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM). Estos precios, que se mantendrán vigentes hasta el 31 de julio, fijan el costo de la luz (PEST) en $59.298 por megawatt-hora (MWh). Estos nuevos valores serán trasladados a los cuadros tarifarios finales con ciertas bonificaciones dependiendo del nivel de ingresos de los usuarios.
Para los usuarios del Nivel 1, el precio será valorado sin bonificación, lo que implica que pagarán el costo completo. Los usuarios del Nivel 2 recibirán una bonificación del 71,92%, y aquellos del Nivel 3, una bonificación del 55,94%. Estas bonificaciones intentan moderar el impacto de los aumentos, aunque el incremento neto sigue siendo significativo para todos los grupos.
A esto se suma la reducción escalonada de los subsidios. Los hogares de ingresos medios verán su consumo subsidiado reducido de 400 a 250 kW mensuales, mientras que los hogares de ingresos bajos tendrán un tope de 350 kW. En ambos casos, cualquier consumo que exceda estos límites será cobrado al precio pleno de la energía, sin subsidios.
La reacción entre los usuarios del AMBA no se ha hecho esperar. Este incremento tarifario se suma a una serie de ajustes económicos que vienen golpeando los bolsillos de los ciudadanos. Organizaciones de consumidores han manifestado su preocupación por el impacto que estos aumentos tendrán en los hogares, especialmente en aquellos de ingresos bajos y medios que ya enfrentan dificultades económicas significativas.
Las autoridades argumentan que estos ajustes son necesarios para equilibrar el sistema eléctrico y asegurar la sostenibilidad de las distribuidoras. Sin embargo, el desafío radica en encontrar un balance que permita mantener la operatividad del sistema sin causar un desmedido impacto negativo en los usuarios.
Este escenario subraya la necesidad urgente de buscar soluciones sostenibles y equitativas para la provisión de servicios esenciales como la electricidad. La transición hacia tarifas más justas y equilibradas debe considerar tanto la viabilidad económica del sector energético como la capacidad de pago de los consumidores, para evitar que estas medidas se traduzcan en una carga insostenible para la población.