La jubilación mínima: Una realidad lejos de la promesa
El peso del ajuste recae sobre los jubilados, no sobre la casta política
La promesa de campaña de Javier Milei, de que el ajuste económico no afectaría a los sectores más vulnerables, sino a la «casta política», ha resultado ser una mera ilusión. Hoy, los jubilados son quienes soportan el mayor peso del ajuste, con una jubilación mínima que apenas alcanza para cubrir una cuarta parte de la canasta básica.
Una promesa incumplida
Desde el inicio del gobierno de Javier Milei, el ajuste económico ha golpeado duramente a los jubilados. Aunque se prometió que la «casta política» sería la que más sufriría el impacto del ajuste, la realidad demuestra lo contrario. Los jubilados, uno de los sectores más vulnerables, son los más afectados. Con el aumento del 8% aplicado en junio, la jubilación mínima alcanzó los 206 mil pesos. Sin embargo, esto está muy lejos de cubrir las necesidades básicas.
La inflación, un enemigo implacable
Para comprender el verdadero impacto de la inflación y el ajuste sobre los jubilados, basta con comparar la jubilación mínima con la Canasta Básica de la Tercera Edad, calculada por la Defensoría de la Tercera Edad. En marzo, esta canasta alcanzó los 685.041 pesos, un incremento del 239% en los últimos 12 meses, superando ampliamente el nivel de inflación general. Según cálculos de Ámbito, el costo de la canasta para un jubilado pasará de 685 mil pesos en marzo a más de 800 mil en mayo, tomando en cuenta que la inflación de abril fue del 8,8% y se espera que en mayo ronde el 5%.
Jubilados, los más postergados
Los jubilados enfrentan un aumento mensual de gastos mayor que otros sectores debido a que sus necesidades incluyen productos más inflacionarios y costosos, como los medicamentos. Así, el costo de la canasta básica para un jubilado podría acercarse o incluso superar los 900 mil pesos en mayo. Hernán Letcher, del CEPA, destaca que los mayores incrementos se dieron en medicamentos y subsidios de servicios, afectando especialmente a los jubilados y a los sectores de ingresos medios y bajos.
Christian D’Alessandro, abogado previsional, señala que la canasta básica de los jubilados, según la Defensoría de la Tercera Edad, está muy por encima de los 680 mil pesos. Esta cifra contrasta drásticamente con los estimados del INDEC para la canasta básica general, que rondan los 200 mil pesos. D’Alessandro critica la falta de estudios específicos y detallados sobre las necesidades de los adultos mayores a nivel nacional, destacando que la Defensoría se enfoca en grandes centros urbanos, mientras que el INDEC no refleja la realidad de los jubilados que enfrentan serias dificultades, como la imposibilidad de comprar medicamentos.
La lucha por acceder a medicamentos
D’Alessandro advierte que muchos jubilados ya no pueden acceder a los medicamentos con descuento proporcionados por el PAMI, empeorando aún más su situación. «La situación es extremadamente delicada», afirmó, advirtiendo que «si no se corrige pronto, enfrentaremos una catástrofe». Este deterioro del poder adquisitivo se refleja en el consumo general: el último informe mostró una caída del 4,5% en el consumo doméstico en comparación con el año anterior, mientras que el ingreso nominal promedio de los hogares se redujo un 18% en términos reales. Para enfrentar esta situación, el 56% de los hogares ha recurrido a sus ahorros y el 39% ha aumentado sus horas de trabajo para mantener sus ingresos.
La voz de los jubilados
La situación de los jubilados en Argentina es crítica. El gobierno debe tomar medidas urgentes para proteger a este sector vulnerable. La promesa de que el ajuste no afectaría a los más débiles no solo no se ha cumplido, sino que ha exacerbado la crisis para los jubilados.
Los jubilados están alzando su voz, organizándose y manifestándose para exigir que se respeten sus derechos. La sociedad argentina debe escuchar y apoyar sus demandas, recordando que una nación que no cuida a sus mayores, no cuida su futuro. La promesa de Javier Milei de que la «casta política» sería la que pagaría el ajuste ha quedado vacía, mientras los jubilados luchan por sobrevivir en un panorama cada vez más adverso.