Histórico logro científico: Ya se vende en las farmacias la primera vacuna Argentina contra el COVID-19
La vacuna "Arvac Cecilia Grierson", desarrollada íntegramente en el país, ya está disponible en vacunatorios y farmacias. Este hito histórico en la medicina argentina es resultado de una colaboración público-privada que involucró a 600 personas y 24 instituciones, liderada por la científica Juliana Cassataro.
En un momento crítico para la salud global, Argentina ha dado un paso trascendental al lanzar la primera vacuna contra el COVID-19 completamente desarrollada en el país. La vacuna, denominada «Arvac Cecilia Grierson», ya está disponible en vacunatorios y farmacias, marcando un hito significativo en la historia de la ciencia y la medicina argentina. Este logro es fruto de una colaboración público-privada sin precedentes, liderada por Juliana Cassataro, científica de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), junto a un equipo de alrededor de 600 personas de 24 instituciones.
Un logro histórico
El anuncio de la disponibilidad de la Arvac Cecilia Grierson se realizó en un evento donde se presentaron los datos científicos frente a destacados infectólogos y especialistas en vacunología. Jorge Cassará, presidente del laboratorio familiar que participó en el proyecto, destacó la importancia de este logro: «Esto es histórico para la ciencia, la medicina y la empresa argentinas. Tenemos todo el potencial. Esperemos que sea un ejemplo que se extienda y contagie a otras compañías».
Tomás Orduna, ex Jefe del Servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero del Hospital Muñiz, expresó su orgullo: «Siento un orgullo impresionante. Felicito y agradezco a Juliana Cassataro, a la UNSAM y al Laboratorio Cassará. Este logro merece tomarse como modelo de colaboración público-privada».
El desafío de desarrollar una vacuna
La idea de desarrollar una vacuna propia contra el SARS-CoV-2 surgió al mismo tiempo que en los países del Primer Mundo, pero con el desafío adicional de la incertidumbre inicial. Juliana Cassataro y su equipo del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la UNSAM trabajaron incansablemente, adaptando el prototipo a las variantes emergentes y escalando la producción industrial bajo la supervisión de Juan Manuel Rodríguez.
Cassataro comentó sobre la importancia del aporte de la compañía farmacéutica nacional: «Si hubiéramos pretendido aplicar la fórmula desarrollada en el laboratorio de investigación, hubiera costado 500 o 1000 dólares la dosis». Sin embargo, gracias a la colaboración con el laboratorio, la vacuna Arvac es accesible y adaptable.
Ventajas de la Arvac Cecilia Grierson
La Arvac Cecilia Grierson tiene varias virtudes notables. Puede actualizarse rápidamente para enfrentar nuevas mutaciones en aproximadamente cuatro meses. Utiliza una plataforma de proteínas recombinantes, bien estudiada y aplicada en vacunas como la de la hepatitis B y el VPH. Además, se puede almacenar a temperatura de heladera (entre 2 y 8 grados) por más de 18 meses, facilitando su distribución. Su precio de lista es de unos 23,000 pesos, pero con los descuentos de prepagas y obras sociales se reduce a unos 13,800 pesos, siendo considerablemente más económica que otras vacunas importadas.
Resultados de los ensayos clínicos
Los ensayos clínicos, liderados por Gonzalo Pérez-Marc, involucraron a más de 2000 individuos mayores de 18 años en 10 centros distribuidos en cuatro provincias y CABA. Los estudios demostraron una respuesta robusta de anticuerpos neutralizantes contra diferentes variantes del virus, así como una inmunidad celular mediada por linfocitos T, independientemente del tipo de vacuna recibida previamente.
«Los estudios fueron controlados, ‘a doble ciego’ –explicó Pérez-Marc–. Se midió la inmunidad previa de los participantes y se estudió la inducción de anticuerpos, que se usa como subrogante de eficacia en poblaciones con inmunidad previa». Los resultados mostraron que las tres versiones de Arvac aumentaron significativamente los niveles de anticuerpos, sin efectos adversos de interés.
Soberanía inmunológica y futuro
Angela Gentile, jefa del departamento de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, enfatizó la importancia de la soberanía inmunológica que ofrece esta vacuna: «Covid es una enfermedad inmunoprevenible. Hay que vacunar». Gentile destacó que la vacuna contra el COVID-19 debe estar incluida en el calendario nacional, como ya ocurre en otros países de la región.
Rodríguez subrayó la relevancia de contar con una unidad de Investigación y Desarrollo en el Laboratorio Cassará: «Cubre todas las etapas: desarrollo, escalado, producción, asuntos regulatorios. Y fue fundamental para acoplarnos con Juliana y su equipo».
Un modelo de colaboración
Juliana Cassataro expresó su orgullo por el logro: «Las tres versiones de Arvac aumentaron de forma significativa la presencia de anticuerpos, también en saliva, y los niveles son muy buenos independientemente de los refuerzos que hubieran recibido antes y también en personas que hubieran tenido Covid. La respuesta es significativa por lo menos durante un año». Cassataro destacó la colaboración de cientos de personas que hicieron posible este proyecto.
A cuatro años del comienzo de la pandemia, el SARS-CoV-2 sigue siendo una amenaza significativa. Con la Arvac, Argentina ya no necesita depender de suministros extranjeros. Daniela Hozbor, investigadora del Conicet, opinó: «Lograr completar un desarrollo así da soberanía. Podríamos tomar este ejemplo para lograr otras vacunas que necesitamos».
Guillermo Docena, también investigador del Conicet, concluyó: «Lo que se logró es histórico para la Argentina, para la ciencia en nuestro país y en particular para la inmunología. En este momento, es importante mostrar que podemos hacer buena ciencia, y que tanto la ciencia aplicada como la ciencia básica son fundamentales para llegar a un producto de este tipo».
La soberanía científica: Un camino hacia el futuro
La Arvac Cecilia Grierson no solo representa un avance en la lucha contra el COVID-19, sino que simboliza la capacidad de Argentina para desarrollar y producir soluciones médicas innovadoras. Este éxito debe servir de inspiración para futuras iniciativas científicas y tecnológicas en el país, promoviendo la colaboración público-privada y asegurando la soberanía sanitaria y tecnológica de la nación.