Preocupación por el nuevo aumento del precio del pan: ¿Cuánto costará a partir del lunes?

El presidente del Centro de Industriales Panaderos de Merlo anunció que el precio del kilo de pan se incrementará a valores entre 2.200 y 2.400 pesos en la provincia de Buenos Aires debido a la subida de costos.

El pan, un alimento fundamental en la dieta diaria de los argentinos, sufrirá un significativo aumento de precio a partir del próximo lunes 27 de mayo. Martín Pinto, presidente del Centro de Industriales Panaderos de Merlo, anticipó que el kilo de pan costará entre 2.200 y 2.400 pesos en las zonas céntricas de la provincia de Buenos Aires. Este incremento es resultado de la constante subida de costos que enfrentan las panaderías, incluyendo tarifas de servicios públicos, materias primas, alquileres y salarios.

El anuncio del aumento del precio del pan ha generado preocupación entre consumidores y comerciantes en la provincia de Buenos Aires. Martín Pinto, presidente del Centro de Industriales Panaderos de Merlo, explicó en una conferencia que esta decisión se tomó luego de una reunión con representantes de varios centros de panaderos del Gran Buenos Aires y el equipo económico del CIPAN (Cámara de Industriales Panaderos Agrupados). «Nos vemos en la obligación de sacar una nueva lista de precios a nivel provincial a partir del lunes 27, que establece que el precio sugerido del kilo de pan será de 2.200 y 2.400 en las zonas céntricas», indicó Pinto.

Los panaderos han estado lidiando con aumentos constantes en sus costos operativos, abarcando desde tarifas de servicios públicos y materias primas hasta alquileres y paritarias. Pinto subrayó que esta situación es insostenible para muchas pequeñas y medianas panaderías, las cuales se encuentran al borde de la quiebra. «Lamentamos esta situación, pero tenemos que tomar esta drástica resolución para evitar más cierres de panaderías y preservar las fuentes de trabajo», señaló.

La decisión de ajustar los precios fue adoptada por numerosos centros de panaderos del conurbano bonaerense, incluidos los de Merlo, Marcos Paz, Las Heras, Moreno, General Rodríguez, San Miguel, José C. Paz, Malvinas Argentinas, Quilmes, Florencio Varela, San Pedro, Lobos y Navarro, entre otros. Pinto había anticipado hace semanas que el precio del pan debería situarse, como mínimo, en 2.500 pesos para reflejar verdaderamente los costos actuales.

Uno de los factores que ha intensificado esta situación es la eliminación del «Fondo Estabilizador del Trigo Argentino», conocido como Fideicomiso del Trigo, a través de la Resolución 142/2024 publicada en el Boletín Oficial. Este fondo, creado por el DNU 132/2022, fue desmantelado por el Ministerio de Economía con el objetivo de recortar gastos y alcanzar el equilibrio fiscal. «La harina subsidiada terminó apenas se inició el gobierno de Javier Milei. La última bolsa que recibimos fue el 5 de diciembre», recordó Pinto.

El impacto de la eliminación del subsidio ha sido profundo en los precios de la harina. «La diferencia entre la harina subsidiada y la que estaba fuera del convenio era de 2.500 pesos. Pagábamos entre 3.800 y 4.200 pesos», indicó Pinto. Actualmente, el precio de la misma bolsa de harina se sitúa entre 11.000 y 15.000 pesos, un aumento devastador para las panaderías.

Este drástico incremento en el costo de la harina, ingrediente principal de todos los productos panificados, ha dejado a los panaderos sin otra opción que trasladar parte de ese aumento a los consumidores. «Nosotros no queremos subir los precios, pero no tenemos otra alternativa si queremos seguir operando», enfatizó Pinto.

El aumento del precio del pan a entre 2.200 y 2.400 pesos por kilo refleja la compleja situación económica que enfrenta el sector panadero en la provincia de Buenos Aires. Las medidas de ajuste fiscal y el fin de los subsidios a la harina han incrementado significativamente los costos de producción, poniendo en riesgo la supervivencia de muchas panaderías.

Martín Pinto y otros representantes del sector hacen un llamado a la comprensión del público y a un mayor apoyo gubernamental para evitar que más panaderías cierren y más trabajadores pierdan sus empleos. Mientras tanto, los consumidores deberán prepararse para enfrentar estos nuevos precios, conscientes de las dificultades que atraviesa uno de los sectores más tradicionales y esenciales de la economía argentina.