Colapso económico: la actividad se desplomó 8,4% interanual en marzo

Excluyendo a la pandemia por el aislamiento social, hay que remontarse a la crisis financiera de 2009 para encontrar una caída de tal magnitud. La actividad económica se desplomó 8,4% interanual en marzo respecto al mismo mes del año anterior. Producto de la recesión, también se verificó una disminución contra febrero y en lo que va del año acumula una baja de 5,3%.

 

En un golpe devastador para la economía nacional, el estimador mensual de actividad económica (EMAE) reveló una caída interanual del 8,4% en marzo, marcando el peor registro desde la crisis financiera global de 2009, si se excluye el periodo de la pandemia. Este desplome no solo resalta la gravedad de la situación actual, sino que también subraya la urgencia de implementar medidas efectivas para revertir esta tendencia.

Una crisis comparada con el 2009

La última vez que se observó una caída similar fue en mayo de 2009, cuando el EMAE descendió un 13,7% debido a la crisis financiera internacional. La comparación con ese año subraya la profundidad de la recesión actual, que ha llevado a una contracción significativa en varios sectores clave de la economía.

En marzo de 2024, la actividad económica no solo se redujo interanualmente, sino también en comparación con el mes anterior, con una baja desestacionalizada del 1,4% respecto a febrero. Esta tendencia descendente acumuló una disminución del 5,3% en lo que va del año, dejando claro que la economía está en un estado de vulnerabilidad extrema.

Sectores en declive

El informe del EMAE reveló que nueve sectores de actividad registraron caídas significativas en la comparación interanual. La construcción fue el más afectado, con un desplome del 29,9%. Este sector, vital para la creación de empleo y el desarrollo de infraestructura, ha visto una contracción alarmante, impactando negativamente en la economía en general.

La industria manufacturera también sufrió una caída considerable del 19,6%, reflejando los desafíos que enfrenta el sector industrial en términos de producción y competitividad. Este descenso se vio acompañado por una disminución en el comercio mayorista, minorista y de reparaciones, que cayó un 16,7%, afectando el consumo interno y el comercio local.

En conjunto, estos tres sectores aportaron 6,6 puntos porcentuales a la caída interanual del EMAE, demostrando su impacto significativo en la economía nacional. La situación se agrava aún más cuando se consideran los efectos colaterales en el empleo y el bienestar social.

Sectores en crecimiento

A pesar del panorama sombrío, no todos los sectores mostraron un comportamiento negativo. Seis sectores de actividad registraron subas en marzo, entre los cuales se destacan la agricultura, ganadería, caza y silvicultura con un aumento del 14,1% interanual. Este sector experimentó una recuperación notable tras la sequía, convirtiéndose en el de mayor incidencia positiva en la variación interanual.

Otro sector que mostró un desempeño positivo fue la explotación de minas y canteras, con un crecimiento del 5,9%. Estos incrementos, aunque significativos, no fueron suficientes para compensar las caídas en otros sectores, pero brindan un atisbo de esperanza y oportunidades de recuperación en áreas específicas.

Impacto y perspectivas

La caída del 8,4% en la actividad económica en marzo es un claro indicativo de que el país enfrenta una recesión severa, comparable solo con los momentos más críticos de la historia económica reciente. La contracción en sectores clave como la construcción, la industria manufacturera y el comercio refleja un deterioro profundo que requiere una respuesta política y económica decidida y coordinada.

Para abordar esta crisis, es fundamental implementar políticas que promuevan la inversión, el empleo y el consumo. Medidas como la reducción de impuestos para las empresas, incentivos para la inversión en infraestructura y programas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas podrían ayudar a revertir la tendencia negativa.

Además, es esencial fomentar la diversificación económica y el desarrollo de sectores emergentes que puedan ofrecer nuevas oportunidades de crecimiento y empleo. La promoción de la innovación y la tecnología, junto con una educación orientada a las nuevas demandas del mercado laboral, será crucial para construir una economía más resiliente y sostenible.

La necesidad de una acción decisiva

El desplome del 8,4% en la actividad económica de marzo marca un hito negativo en la historia reciente del país, destacando la gravedad de la recesión actual. Si bien algunos sectores han mostrado signos de recuperación, la magnitud de la caída requiere una respuesta urgente y contundente por parte del gobierno y del sector privado.

La experiencia de la crisis de 2009 ofrece lecciones valiosas sobre la importancia de una acción rápida y coordinada para mitigar los efectos de la recesión y sentar las bases para una recuperación sostenida. Enfrentar esta crisis con determinación y creatividad será esencial para superar uno de los periodos más difíciles de la economía nacional en los últimos 15 años.