La importancia de la moratoria previsional en el sistema jubilatorio argentino
Dos de cada diez personas acceden a la jubilación sin necesidad de recurrir a la moratoria previsional, resaltando la relevancia de este mecanismo para quienes no alcanzan los 30 años de aportes. Sin embargo, su futuro se ve amenazado por posibles cambios legislativos.
En un país donde el sistema de seguridad social ha sido objeto de constantes debates y reformas, la moratoria previsional emerge como un salvavidas para miles de argentinos que no alcanzan los requisitos necesarios para jubilarse. Datos recientes de la Seguridad Social revelan que la mayoría de los nuevos jubilados en el primer trimestre del año optaron por este mecanismo, lo que pone de manifiesto su importancia en el acceso a una pensión digna.
El panorama actual muestra que solo el 23,8% de los nuevos jubilados lograron cumplir con los 30 años de aportes requeridos, mientras que el 76,2% restante recurrió a la moratoria previsional. Este dato cobra relevancia al considerar que la informalidad laboral y la falta de registro por parte de los empleadores han dejado a una gran cantidad de trabajadores sin los aportes necesarios para acceder a una jubilación.
Especialmente afectadas por esta situación son las mujeres, que representan la mayoría de quienes recurren a la moratoria. La brecha de género se profundiza aún más cuando se observa que la mayoría de estas mujeres se jubilan entre los 60 y 62 años de edad, evidenciando las dificultades adicionales que enfrentan en el mercado laboral.
Sin embargo, este escenario podría cambiar drásticamente si se aprueba la Ley Bases, que propone eliminar las moratorias previsionales. En caso de que esta reforma sea aprobada, las mujeres se verán obligadas a esperar hasta los 65 años para acceder a una pensión, y ya no recibirán una jubilación sino una Pensión al Adulto Mayor (PUAM) o la Prestación de Retiro Proporcional (PRP), cuyo valor dependerá de los años efectivamente aportados.
La incertidumbre se cierne sobre aquellos que se jubilaron por moratoria y que, en su mayoría, cuentan con menos de 14 años de aportes efectivos. Para la mayoría de ellos, el haber inicial sería muy bajo, lo que les dejaría en una situación económica precaria en su vejez.
Además, las implicaciones de la PUAM van más allá de lo económico, ya que no otorga derecho a la pensión por viudez y solo se adquiere si se demuestra estar en situación de vulnerabilidad social. Por otro lado, aquellos jubilados por el Régimen General podrían enfrentar limitaciones en cuanto a su capacidad para trabajar en forma registrada y cobrar la jubilación, lo que limitaría sus opciones de ingresos.
La moratoria previsional se erige como un instrumento vital para garantizar la protección social de aquellos trabajadores que, por diversas razones, no logran reunir los requisitos necesarios para jubilarse. Su eliminación podría condenar a miles de argentinos a una vejez en la pobreza y la vulnerabilidad. En este contexto, es fundamental que se consideren medidas que garanticen un acceso equitativo y digno a la jubilación para todos los ciudadanos, reconociendo las realidades laborales y socioeconómicas que enfrentan.