La recesión se refleja en el surtidor: la demanda de combustible cae un 1,8%
La crisis económica deja su huella en el consumo de combustibles, con una caída del 1,8% en febrero, según datos de la Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados Hidrocarburos, Energía y Combustibles (CATHEDA).
La economía argentina sigue sintiendo los efectos de la recesión, y esta vez el sector energético no escapa a la tendencia negativa. Según un informe reciente de la Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados Hidrocarburos, Energía y Combustibles (CATHEDA), la demanda de combustibles experimentó una disminución del 1,8% durante el mes de febrero. Esta reducción se atribuye en gran medida a la contracción económica y a la caída en el consumo.
El informe de la CATHEDA reveló que, durante el mes de febrero, se vendieron un total de 1.870 millones de litros de combustible en Argentina, lo que representa una disminución del 1,8% en comparación con el mismo período del año anterior. Esta baja en la demanda refleja la difícil situación económica que enfrenta el país, con una recesión que impacta en diversos sectores productivos y en el poder adquisitivo de los ciudadanos.
Uno de los indicadores más preocupantes es el descenso en el consumo interno, que ha llevado a una menor actividad en sectores clave como el transporte y la industria. La crisis económica ha generado una reducción en la movilidad de personas y mercancías, lo que se traduce en una menor demanda de combustible para automóviles, camiones y maquinaria industrial. Esta situación ha sido exacerbada por el aumento de los precios de los combustibles, que ha llevado a los consumidores a buscar alternativas más económicas y a reducir su consumo.
Por otro lado, el informe también destaca un dato preocupante para las arcas del Estado: a pesar de la disminución en la venta de combustibles, la recaudación por el impuesto aplicado a los hidrocarburos aumentó un 15,3% en comparación con el año anterior, alcanzando los $ 50.503 millones. Si bien este incremento puede parecer positivo a primera vista, refleja en realidad una mayor presión fiscal sobre los contribuyentes y un impacto negativo en el bolsillo de los ciudadanos y las empresas.
La situación se vuelve aún más compleja cuando se considera el contexto internacional, con un aumento en los precios del petróleo que afecta directamente al mercado local. La escalada de tensiones geopolíticas y los recortes en la producción de crudo han provocado un encarecimiento de los combustibles a nivel global, lo que se traduce en mayores costos para los consumidores argentinos y para la economía en su conjunto.
En conclusión, la caída en la demanda de combustibles durante el mes de febrero refleja la difícil situación económica que atraviesa Argentina, con una recesión que afecta tanto al consumo interno como a la actividad industrial. La disminución en la venta de combustibles, acompañada por un aumento en los precios y una mayor presión fiscal, plantea desafíos importantes para el país en términos de recuperación económica y desarrollo sostenible. En este contexto, será fundamental implementar políticas que impulsen el crecimiento económico y fomenten la inversión en sectores clave como el energético, con el objetivo de superar la crisis actual y sentar las bases para un futuro más próspero.