El precio de la carne en aumento: ¿Qué consecuencias traerá para los consumidores?
A pesar de la caída en el consumo local, los frigoríficos han aumentado el precio de la carne vacuna en un 20%. Esto podría impactar en los bolsillos de los consumidores.
El sector de la carne en Argentina enfrenta una situación delicada. A pesar de la baja en el consumo interno, los frigoríficos han decidido aplicar un aumento del 20% en el precio del kilo de la media res. Este incremento plantea importantes interrogantes sobre el futuro del mercado cárnico y sus implicancias para la población.
El programa de miseria planificada reinstaurado por La Libertad Avanza ha impulsado la desaparición del mercado interno, provocando un desequilibrio en toda la cadena de valor de la carne. A pesar de la fuerte caída en la demanda interna, los frigoríficos han decidido aumentar los precios, lo que podría generar un impacto significativo en los consumidores argentinos.
Según Alberto Williams, titular de la Asociación de Propietarios de Carnicerías en la Ciudad de Buenos Aires, este aumento podría traducirse en un alza de hasta 400 pesos por corte de carne vacuna en las carnicerías locales. Esto significa que productos básicos como el asado podrían volverse inaccesibles para una parte importante de la población.
La eliminación de la ley de abastecimiento y la falta de regulación estatal han permitido a los frigoríficos aumentar sus ganancias, tanto a través de las exportaciones como de los consumidores locales. Aunque la demanda interna ha disminuido, la falta de control ha permitido que los precios continúen en aumento.
La situación se agrava con la caída en la faena de carne vacuna, que ha disminuido un 20% interanual en marzo. Esto podría llevar a una escasez de carne en el mercado interno y a nuevos aumentos en los precios para los consumidores argentinos.
El aumento del precio de la carne vacuna en Argentina plantea serias preocupaciones sobre la situación económica y social del país. Con la falta de regulación estatal y el poder concentrado en manos de los frigoríficos, los consumidores se enfrentan a una situación cada vez más difícil. Ante esta realidad, es necesario que el Estado intervenga para proteger los intereses de la población y garantizar un acceso equitativo a los alimentos básicos.