Niños y adolescentes en situación de calle: una realidad alarmante en Argentina
Según un reciente informe del ReNaCALLE, 1 de cada 10 personas sin hogar en Argentina son menores de edad. La investigación también revela altos índices de violencia y precariedad en la población en situación de calle.
El último relevamiento nacional de personas en situación de calle (ReNaCALLE) arroja cifras preocupantes sobre la realidad de aquellos que viven en las calles de Argentina. Entre los datos más impactantes, se destaca que aproximadamente el 11,1% de las personas en esta situación son niños y adolescentes, siendo la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la región con mayor concentración de personas sin techo.
El ReNaCALLE, realizado entre mayo y diciembre de 2023 en 11 ciudades argentinas, tiene como objetivo principal identificar y abordar la problemática de las personas en situación de calle de manera integral. Los resultados presentados por legisladores y especialistas muestran una realidad desalentadora: de las 9.440 personas relevadas, más del 11% son menores de edad.
El informe revela que la mayoría de las personas sin hogar son hombres adultos con largos períodos de tiempo en situación de calle, pero el porcentaje de niños, niñas y adolescentes es alarmante. Además, se evidencia un preocupante nivel de violencia, con casi el 54% de los encuestados reportando haber sufrido algún tipo de violencia mientras estaban en situación de calle, siendo las fuerzas de seguridad las responsables en la mayoría de los casos.
En cuanto a la distribución geográfica, se encontró que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires concentra la mayor cantidad de personas en situación de calle, seguida de otras ciudades como Pergamino, Morón, y Paraná, entre otras.
El ReNaCALLE también proporciona información detallada sobre las características sociodemográficas de esta población vulnerable. La mayoría de las personas relevadas son adultos, con una predominancia de varones. Además, se observa una alta proporción de personas que han vivido en la misma ciudad donde se realizó el relevamiento, lo que indica un arraigo en la problemática a nivel local.
En cuanto al acceso a la educación y al trabajo, los datos muestran una realidad compleja. Aunque la mayoría de las personas en situación de calle declaran saber leer y escribir, muchos no han completado la educación secundaria. En términos laborales, la precarización es evidente, con la gran mayoría de los encuestados siendo trabajadores independientes sin aportes formales.
En relación con la asistencia estatal, el informe revela que una gran parte de las personas en situación de calle no recibe ningún tipo de asistencia monetaria del Estado. Aquellos que sí la reciben, dependen principalmente de pensiones no contributivas y programas de asistencia alimentaria.
En cuanto a la salud, se destaca un acceso limitado a servicios médicos, con un alto porcentaje de personas que no se han realizado un chequeo médico en el último año. Los problemas de salud mental y respiratorios son especialmente comunes entre esta población.
Violencia y consumo de sustancias
El informe también aborda el tema de la violencia y el consumo de sustancias en personas en situación de calle. Más del 50% de los encuestados declara consumir sustancias psicoactivas, y se observa un aumento en el consumo desde que se encuentran en la calle. Además, más de la mitad de aquellos que reconocen el consumo como un problema no han recibido ayuda para abordarlo.
La violencia, tanto física como de género, es una realidad cotidiana para muchas personas en situación de calle. El informe revela que más del 50% de las mujeres y personas trans han experimentado violencia de género, y que las fuerzas de seguridad son responsables de una gran parte de las violencias sufridas en las calles.
En conclusión, los datos del ReNaCALLE ponen de manifiesto la urgente necesidad de políticas públicas efectivas para abordar la problemática de las personas en situación de calle en Argentina. Es fundamental garantizar el acceso a la vivienda, la educación, el trabajo y la salud para esta población vulnerable, así como combatir la violencia y el consumo de sustancias en las calles. Solo con un enfoque integral y coordinado se podrá brindar una respuesta adecuada a esta realidad alarmante.